Hace tan sólo unos años, hablar de un SUV híbrido enchufable era hablar, casi en exclusiva, del Mitsubishi Outlander PHEV. Y no es para menos, desde 2013, y como uno de los primeros SUV híbridos enchufables del mercado -y el primero con tracción 4WD-, este legendario SUV japonés se convirtió en el SUV más vendido de esta clase en el mundo, con cerca de 200.000 unidades matriculadas.
Y valga como ejemplo el caso español, donde desde 2013 de 2019 Mitsubishi matriculó nada menos que 6.200 unidades de este vehículo. Un coche que hizo mucho, pero que mucho, por la gran cantidad de SUV híbridos enchufables que actualmente existen en el mercado.
Un panorama actual con muchos competidores
Este coche dejó de venderse en España en 2022, ya que a finales de 2021 Mitsubishi presentó la nueva generación de este SUV híbrido enchufable, que sí llegó a comercializar en EE.UU. -aunque, allí, con una batería de menor capacidad- y del que únicamente confirmó su llegada a Europa a finales del pasado año. Pocas semanas después, a finales de octubre del año pasado, se abrieron oficialmente los pedidos.
Ahora bien, el nuevo Mitsubishi Outlander PHEV llega a un mercado europeo en el que los SUV híbridos enchufables cada vez son más. Incluso en el segmento D-SUV, donde se encuadra este modelo de 4,72 metros de longitud y 495 L de maletero.
Así las cosas, y dentro de sus rivales directos por tamaño, en los últimos meses, han llegado al mercado desde el último EBRO s800 PHEV al Skoda Kodiaq iV -lee nuestra prueba-, pasando por otros de marcas premium como el Volvo XC60 PHEV, que probamos aquí.
¿Cómo es el nuevo Mitsubishi Outlander PHEV?
Ahora, los primeros coches están empezando a llegar a los concesionarios. Y Mitsubishi nos invitó a probar la nueva generación de este legendario SUV híbrido enchufable en Lisboa. Pero vamos por partes.
De entrada este SUV, que recurre a la misma plataforma que el actual Nissan X-Trail, cuenta con tres motores: un motor térmico de gasolina de cuatro cilindros, 2.4 L, 136 CV y 203 Nm de par; al que se unen dos motores eléctricos, uno situado en el eje delantero y con una potencia de 85/116 CV y 255 Nm y otro, situado en el eje trasero y que ofrece otros 100 kW/136 CV y 195 Nm de par.
Con todos ellos, la potencia total de este conjunto mecánica, que por supuesto cuenta con tracción total, alcanza los 306 CV; con los que este SUV logra una velocidad máxima de 170 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 segundos.
Una mecánica que va asociada a una batería de 22,7 kW. Y, gracias a ella, este SUV híbrido enchufable ofrece una autonomía eléctrica de hasta 86 km, de 84 km en las versiones más equipadas. Unido a un consumo medio de 0,8 L/100 Km en modo híbrido y a un depósito de gasolina de 53 L, este Outlander PHEV ofrece una autonomía combinada de 853 km.
Pero el sistema de baterías de este Outlander cuenta con dos características algo peculiares. De entrada, esta batería se puede recargar hasta a 50 kW en corriente continúa y a 3,5 kW en corriente alterna o doméstica. Son datos algo menores que los de la mayoría de SUV PHEV contemporáneos, que suelen alcanzar cifras de recarga de 100 kW y 7 kW respectivamente.
Y su segunda característica algo particular es que este coche japonés llegará a España con un conector de recarga de tipo CHAdeMO, muy popular en Japón, pero muy poco habitual en Europa, donde ‘reina´el conector CCS Combo.
Así las cosas, lo más probable es que, si cuentas con un poste de recarga en casa o quieres recargar en puntos de carga públicos con asiduidad, debas adquirir un adaptador de CHAdeMO a CCS, que la marca ofrecerá como accesorio pero que también puedes adquirir on-line desde aproximadamente 80 euros.
Imponente por fuera, espacioso y práctico por dentro
Si en cuanto a su diseño exterior Mitsubishi ha buscado rasgos rotundos, sobre todo en el frontal pero también en la zaga y basados en el Mitsubishi Montero; en el interior el fabricante japonés ha puesto especial énfasis en el equipamiento tecnológico y en el espacio interior.
A este respecto, las plazas delanteras ofrecen suficiente espacio y altura, incluso si el Mitsubishi Outlander cuenta con techo solar -algo que ocurre a partir del acabado Kaiteki +-, para dos adultos de 1,90 metros o incluso unos centímetros más.
En cuanto a las plazas traseras, estas ofrecen un buen espacio para las piernas de los pasajeros y una anchura que permite acoger a tres adultos delgados, pese a contar con una plaza central más estrecha que las laterales y no tan cómoda, ya que, en ella, tanto la butaca como el respaldo están ligeramente sobreelevados y no resultan tan mullidos.
En cuanto a la altura disponible, el Outlander es, de nuevo, un coche particular. Nos explicamos. De entrada hay que explicar que el respaldo de las plazas traseras ofrece, con un formato de división en 60/40, dos niveles de inclinación.
Si optamos por el primero, el más erguido, y siempre para vehículos que incorporen techo solar como la de nuestra prueba, adultos de algo más de 1,85 metros pueden llegar a rozar con la cabeza en el techo; en la posición más reclinada -pero poco natural- adultos de más de 1, 90 podrán viajar sin problemas.
Más allá de eso, hay que señalar que en las unidades con techo eléctrico, al final del mismo -que coincide casi con el lugar donde se ubican las cabezas de los pasajeros traseros-, el techo presenta una ligera protuberancia hacia el interior del habitáculo. Y esta puede limitar el movimiento de la cabeza de los pasajeros traseros que, si miden más de 1,85 metros de altura y viajan con el respaldo de su asiento en su posición más erguida, pueden llegar a rozar con su cabeza esta protuberancia.
Dejando a un lado esta circunstancia, el habitáculo del Outlander ofrece un aspecto robusto, aunque menos moderno que los interiores de otros rivales. Así, por ejemplo, y aunque cuenta con dos pantallas de 12,3”, una a modo de cuadro de instrumentos y otra a modo de pantalla multimedia; debajo de esta última encontramos botones físicos para el sistema de audio y, más abajo, otra hilera de botones para la gestión de la climatización: un alivio para el conductor medio que sabrá siempre cómo regular estas cuestiones.
En cuanto a la calidad de los materiales, el habitáculo del Outlander alterna plásticos duros -aunque texturizados- con recubrimientos de símil cuero y de plástico simulando metal o fibra de carbono. Y aunque los acabados son correctos y los ajustes, muy logrados, no transmite un grandísimo refinamiento. Pero sí una sensación de solidez y durabilidad.
En cuanto al maletero, no hay demasiado que contar. Y eso es una buena noticia. Con 495 L -ampliables a 803 L si se abaten los respaldos de las plazas traseras-, es amplio pero no está entre los mejores en su segmento. Eso sí, resulta muy práctico ya que ofrece un amplio hueco para introducir objetos, y el piso del maletero queda justo a la altura del umbral de carga. Cuenta con ganchos y argollas para asegurar la carga y, bajo el piso, con varios huecos para objetos, en los que cabe el cable de recarga.
Una gama de cuatro acabados, con mucho equipamiento de serie
En España el Outlander se venderá con cuatro niveles de acabado y en siete colores, siendo la única opción la pintura metalizada. Así, los acabados de la gama serán, de menos a más equipado, el Motion, el Kaiteki, el Kaiteki + y el First Edition.
El primero ya incorpora de serie elementos como navegador, cámara de 360 grados, conectividad inalámbrica con Android Auto y Apple Car Play o equipo de audio Yamaha, a lo que el Kaiteki suma las llantas de 20” -el Motion equipa unas de 18”-, el portón eléctrico, Head Up Display, faros adaptativos, tapicería de cuero vegano, asientos delanteros y volante calefactables y cargador inalámbrico para el smartphone.
Mientras tanto, el Kaiteki + añade techo panorámico, climatizador trizona, equipo de audio premium firmado por Yamaha, tapicería de cuero natural, asientos delanteros eléctricos y ventilados, asientos traseros calefactables y retrovisor digital. Por último, el acabado tope First Edition suma una tapicería de cuero protegido y en una elegante tonalidad marrón, interior en negro y asientos con función de masaje.
¿Cómo va este Mitsubishi Outlander PHEV?
Como hemos visto, el Outlander es un coche espacioso, nada que extrañe dada su longitud de 4,72 metros y su distancia entre ejes de 2,7 metros. Pero, dado su tamaño, la presencia de tres motores y su nivel de equipamiento, también es un coche pesado. De esta forma, los equipamientos menos completos pesan nada menos que 2.040 kilogramos, mientras que los mejor acabados se van hasta los 2.120 kilogramos.
Y ese peso no puede dejar de afectar al comportamiento. Y a lo que Mitsubishi ha hecho para controlarlo. Porque, si algo queda claro al volante de este SUV es que la marca japonesa ha buscado un SUV apto y cómodo para viajar… pero que, en algunas circunstancias, cuenta con una suspensión demasiado firme para este concepto.
El peso de este coche genera, lógicamente, inercias. Sobre todo en curvas dado el desplazamiento lateral que suponen 2 toneladas de peso. Y para reducir los movimientos de la carrocería, ya sean de cabeceo al frenar o de balanceo en curvas lentas; en Mitsubishi han optado por una amortiguación bastante firme, algo más de que lo se podría esperar de un SUV familiar como este.
Esta amortiguación limita, de forma muy efectiva, los movimientos de la carrocería. Y el Outlander se muestra como un coche neutro y noble para la gran mayoría de los conductores. Pero ese tarado firme de amortiguación no casa demasiado bien con las llantas de 20 pulgadas, montadas sobre neumáticos de perfil 45… que no ayudan a filtrar las irregularidades de la carretera.
Así las cosas, y con esta configuración -la que equipan los acabados del Outlander a partir del Kaiteki-; el coche presenta una amortiguación firme que, según gustos, puede resultarlo de forma excesiva, especialmente si circulamos por vías que no presenten un firme en gran estado.
Otra cuestión que nos ha parecido mejorable es el ruido que llega al habitáculo. Nos referimos principalmente al ruido aerodinámico que proviene del techo del vehículo y que se deja notar especialmente a partir de 130 km/h. Pero para ser justos, hemos de indicar que probamos el coche durante un día de fuertes rachas de viento, y que con un mejor tiempo, este ruido seguro que pasaría más desapercibido.
Por lo demás, estamos ante un coche fácil de conducir. Con una dirección que, aunque presenta una holgura mínima en el movimiento del volante, es precisa y bastante directa, con 2,6 vueltas de tope a tope.
Por otro lado, el equipo de frenos, con cuatro discos ventilados, de 350 mm delante y 330 mm detrás, cumple con solvencia a la hora de detener el coche. Lo logra con una mordiente sostenida y nada brusca, que permite al conductor dosificar perfectamente la frenada.
Y hablando de frenos, hay que reseñar que el Outlander incluye una posición B del cambio, que favorece la frenada regenerativa y que presenta hasta cuatro niveles, regulables por el conductor mediante unas prácticas levas tras el volante. Las diferencias de retención entre los sucesivos niveles son escasas. Y, si buscamos la máxima retención durante la frenada, el Outlander cuenta con un botón junto al cambio automático que activa la función One Pedal.
Otra cuestión a mencionar son los numerosos programas de conducción que ofrece este SUV, regulables mediante un mando giratorio situando tras el cambio automático. Así, y en relación a la entrega de potencia, encontramos un modo Power -en el que los tres motores actúan a la vez-, Eco y Normal; además de otros cuatro modos para optimizar la tracción: Tarmac -para asfalto-, Gravel -para grava-, Snow -para nieve- y Mud -para barro o condiciones deslizantes-.
En cuanto al consumo, durante nuestra prueba pudimos conducir el Mitsubishi Outlander PHEV por todo tipo de recorridos. Así, durante el primero, que transcurrió a lo largo de Lisboa y autovías cercanas, y donde priorizamos el modo eléctrico del vehículo; el Outlander gastó en torno a 3,6 L/100 km.
Una cifra que, una vez ya con la batería descargada y de nuevo por autovía y autopista, a una velocidad media ligeramente superior a 120 km/h, subió hasta los 8,6 L/100 km. Un gasto que, si recordamos los 2.120 kg que alcanzan las versiones más equipadas de este Outlander, tampoco se nos antoja excesivo.
Un tercer escenario, más benigno, lo afrontamos a lo largo de aproximadamente 110 km en los que bajamos desde una altura de 290 m sobre el nivel del mar a ras del mismo. Durante este trayecto, y contando con algo menos de la mitad de carga de la batería, con el coche en modo híbrido y circulando por autovía y una velocidad de media de unos 130 ó 135 km/h; el gasto final del combustible alcanzó unos escasos 5,6 L/100 km.
Los precios del Mitsubishi Outlander PHEV
La gama de este SUV híbrido enchufable se ofrece, cómo indicábamos, en cuatro acabados para el mercado español. Una vez incluidos los descuentos comerciales de la marca y, también, las promociones por financiación -de 4.000 euros para todos los acabados-; los precios de este SUV arrancan desde los 44.300 euros.
Mitsubishi Outlander PHEV Motion: 44.300 euros.
Mitsubishi Outlander PHEV Kaiteki: 49.900 euros.
Mitsubishi Outlander PHEV Kaiteki +: 52.500 euros.
Mitsubishi Outlander PHEV First Edition: 54.500 euros.