La electricidad, para muchos modelos icónicos de muchas firmas, es ahora mismo una sombra que se cierne con severidad y que no perdonará la historia y personalidad de cada modelo a la hora de convertirlos en coches híbridos y eléctricos. Hay muchos coches que en esta década, si quieren sobrevivir, van a tener que electrificarse, y es el caso del famoso Miata, del icónico Mazda MX-5.
Es algo que se viene comentando de lejos, y de hecho en Híbridos y Eléctricos ya apuntábamos hace un año a la posibilidad de que el roadster japonés acabara con una quinta generación en la que un sistema eléctrico complementara al motor térmico, es decir, que acabara siendo híbrido, ya que la propia Mazda barajaba distintos tipos de trenes de potencia para el icónico deportivo.
El Miata siempre se ha caracterizado por ofrecer una personalidad forjada en torno a una filosofía de conducción en la tomaban protagonismo la ligereza del conjunto, unido a motores de gasolina atmosféricos con la potencia justa y una deportiva y acertada puesta a punto.
Ahora, son muchas las voces que ponen en entredicho que esta filosofía la pueda seguir llevando a cabo la propia Mazda, pero si el Mazda MX-5 acaba haciendo incursión en el campo de los coches híbridos en esta quinta generación, a nosotros no nos cabe la menor duda de que los japoneses lograrán respetar la filosofía del modelo aún integrando un sistema eléctrico en el deportivo japonés.
Aún es pronto para atrevernos a dilucidar sobre qué tipo de hibridación es la que Mazda optaría por integrar, ya que será para 2023 ó 2024 cuando Mazda presente la quinta generación de su icónico roadster, pero dadas las bajas cifras de ventas que el modelo cosecha en Europa, lo cierta es que a los japoneses les bastaría con implementar un sistema eléctrico de 48 voltios para hacer del Miata NE un híbrido ligero.
Con un sistema como éste, la firma podría respetar durante una generación más la filosofía de ligereza que siempre ha caracterizado al Miata, exactamente el mismo movimiento que hizo Suzuki con el Swift Sport, que a causa del destrozo en términos de emisiones que causó el Jimny, Suzuki optó por hibridar su utilitario GTI en pequeña medida para así compensarlo.
Todo esto habría salido a la luz en un artículo en la web de la publicación francesa de L'argus, que a causa de un comentario de la propia Mazda durante la presentación de sus resultados financieros del segundo trimestre fiscal, saca sus propias conclusiones. "Si la solución es electrificar el modelo, habrá electrificación", apunta la web francesa.
El Mazda MX-30 se ofrece como coche eléctrico, pero en otros países también se ofrecerán versiones de gasolina microhíbridas.
Su particular visión es que el próximo Miata, el ND, llegue con un esquema híbrido tradicional, con un motor eléctrico que tendrá lugar entre la transmisión y el motor de gasolina y que irremediablemente iría ligado a una transmisión automática. Este sistema eléctrico iría ligado a un motor de gasolina que seguiría siendo de cuatro cilindros, atmosférico, y que estaría en la tradicional posición longitudinal que siempre ha sido característico en las cuatro generaciones del MX-5 que han tenido lugar hasta la fecha.
Cabe destacar que el Mazda MX-30, que en sus principios prometía ser un coche completamente eléctrico, más tarde se lanzó también como un coche térmico con un sistema de hibridación ligera, por lo que apuntar a una versión eléctrica del MX-5 de manera paralela al MX-5 de combustión interna, también es una posibilidad.
Si el MX-5 acaba siendo un deportivo híbrido o no, sólo lo saben en la propia Mazda, pero si llegase a serlo no cabe la menor duda que los japoneses tirarían de ingenio e ingeniería para hacer que el pequeño roadster respete la filosofía de ligereza que siempre le ha caracterizado. Una tesitura muy similar a la que se enfrenta Lotus, con la electrificación de sus deportivos ligeros también en sus deberes por hacer.