La irrupción del coche eléctrico ha provocado un seísmo en la industria. Los políticos europeos han tomado medidas que afectan a la movilidad de todos sin tener muy en cuenta las condiciones del mercado. El coche eléctrico es el presente y el futuro, pero los problemas de producción asfixian a las marcas locales ante el empuje de una superpotencia como China. Los asiáticos son el principal productor de coches eléctricos del mundo y ahora Europa quiere limitar su poder con aranceles y medidas económicas proteccionistas. Las marcas chinas ya buscan evitar los impuestos con algunas soluciones tan creativas como la que acaba de unir a Polestar con Renault.
Aunque, por ahora, Europa sólo ha anunciado la puesta en marcha de una investigación, China ya prevé medidas proteccionistas en el sector. El objetivo final es reducir el impacto de la industria china mediante aranceles especiales a la exportación. El Viejo Continente no quiere que sus carreteras se llenen de coches eléctricos baratos procedentes de China que puedan debilitar a los fabricantes locales. Algunas marcas como BYD ya están planteando opciones para evitar sanciones, como, por ejemplo, levantar en Europa del Este una nueva fábrica para coches eléctricos.
Polestar ha optado por una vía secundaria para evitar sanciones en Europa y Estados Unidos
Sin embargo, no todas pueden o quieren recurrir a semejante extremo para librarse de las previsibles políticas. Polestar, perteneciente al Grupo Geely, ha optado por una medida cuanto menos interesante. Geely y Renault son socios desde hace tiempo. Ambas compañías han firmado importantes contratos de entendimiento, como, por ejemplo, el desarrollo y fabricación de sistemas híbridos. Con estas alianzas como base, el nuevo acuerdo incluye la fabricación del Polestar 4 en la planta que Renault posee en Busan, Corea del Sur.
Ya el año pasado, el conglomerado chino se hizo con el 34,02% de las acciones de Renault Korea Motors tras un pago de 196 millones de euros, por lo que Geely tiene muchos intereses en su vecino del norte. La fábrica de Busan posee un largo historial de buen hacer. Tras 23 años operativa, el centro cuenta con acceso directo al puerto para optimizar la exportación de los coches. Su plantilla alcanza los 20.000 trabajadores y el Polestar 4 será el primer coche eléctrico que salga de sus líneas de montaje. No se sabe cuándo empezará la producción, pero sí que las unidades ensambladas tendrán como destino el mercado local, Corea del Sur y Norteamérica.
En Estados Unidos, el Gobierno de Joe Biden ha aplicado medidas proteccionistas contra la llegada de coches eléctricos chinos. La Ley IRA aplica sanciones a los coches producidos fuera del país, con excepciones como Europa, Japón y Corea. El Polestar 4 que llegue a Europa será fabricado en China, por ahora, pero Geely ya ha dado los pasos para derivar la producción a Corea cuando sea necesario. Con 600 kilómetros de autonomía homologada, un diseño espectacular y un precio de salida de 65.900 euros, el crossover coupé de Polestar ha dado mucho de qué hablar y pronto llegará a nuestro mercado.