Convertir el Mini en un coche eléctrico es todo un reto, pero... ¿por qué?

Mini es la marca “más urbana” y a su vez la que más dificultades tendrá para convertir sus vehículos en coches eléctricos debido al reducido tamaño de los mismos.

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14/06/2018 16:56
Actualizado a 28/06/2018 16:29

Falta muy poco para la llegada del nuevo Mini E, la versión eléctrica que se fabricará en la planta que la marca británica tiene en Oxford a partir del año 2019. Paralelamente, el Grupo BMW ha anunciado que fabricará el mismo modelo en China gracias a la cooperación con el fabricante local Great Wall. Pero la transición hacia la electrificación del compacto no será sencilla para la marca, pues según dijo en una entrevista Peter Schwarzenbauer, miembro de la junta directiva de BMW y responsable de Mini, "electrificar la marca Mini es un reto importante, básicamente por el tamaño reducido de los coches".

Básicamente, lo que quiere decir Schwarzenbauer es que los Mini, al ser coches relativamente pequeños, dejan muy poco lugar donde alojar la batería de las versiones eléctricas. "Pero si nos fijamos en el papel de la electrificación en el entorno urbano y el deseo de eliminar las emisiones locales, no hay otra marca con las credenciales de Mini. Debería ser un paso natural, y esa es la dirección hacia la que avanzamos en el futuro", dijo el directivo. "El éxito del Mini Countryman híbrido enchufable es una demostración de lo que podemos conseguir, y el Mini 100% eléctrico que pronto llegará es otro paso más".

Schwarzenbauer también destacó que la joint venture que se creó en China para fabricar por primera vez los coches de Mini fuera de Europa fue completamente necesaria, pues de lo contrario, la marca no hubiese podido comercializar su producto en el Gigante Asiático, donde las regulaciones obligan a los fabricantes que una parte importante de sus coches sean de origen local. En cambio, el BMW i3 no puede venderse en China por este mismo motivo.

El Grupo BMW, del que forma parte Mini, está trabajando conjuntamente con Toyota en el desarrollo de nuevas baterías con electrolito cristalino, las conocidas como baterías de estado sólido, con las que se podrá conseguir aumentar drásticamente la densidad energética que almacenan y, como consecuencia, reducir el tamaño y el peso de los paquetes. Estos avances serán clave para facilitar la conversión del pequeño Mini en un coche eléctrico de cero emisiones.

Sobre la firma
Jorge J. Castells

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