Entre todas las ventajas e inconvenientes que se nombren a favor y en contra de los coches elécricos, hay uno que es especialmente preocupante: su peso. En busca de una mayor autonomía, muchos fabricantes optar por incoporar baterías de gran tamaño que aumentan, irremediablemente, el peso total del vehículo. La NHTSA, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, encargada de las pruebas de seguridad de todos los coches a la venta en Estados Unidos, ha lanzado una alerta muy preocupante que se centra, principalmente, en el peso de los últimos coches eléctricos lanzados al mercado, especialmente el estadounidense.
Los coches eléctricos están cambiando la percepción de movilidad en todo el mundo. Una corriente de sostenibilidad y respeto por el medioambiente ha hecho de ellos el futuro de la industria del automóvil. Todos los países miran al futuro con el lanzamiento de nuevos modelos, pero, mientras que una parte de la industria se muestra encantada con su llegada, otra está cada vez más preocupada.
El pasado miércoles, la jefa de la NHTSA, Jennifer Homedy, mostró su preocupación por los riesgos de seguridad implícitos a los grandes coches eléctricos. Las leyes de la física son muy claras al respecto: cuanto mayor sea el peso, mayor es la inercia y la fuerza del impacto. Solemos pensar, erróneamente, que los coches grandes son más seguros que los pequeños y no tiene por qué ser así. Un coche de dos toneladas y media sufre una deceleración más agresiva en caso de impacto que un coche pequeño. Otra cuestión bien diferente es la resistencia de la carrocería y el chasis, pero la física no miente.
Homedy ha declarado: “Me preocupa el mayor riesgo de lesiones graves y muerte para todos los usuarios de la carretera debido al incremento de los pesos en vacío y al aumento del tamaño, la potencia y el rendimiento de los vehículos en nuestras carreteras, incluidos los vehículos eléctricos”. Como es obvio, la jefa de la NHTSA se ha centrado particularmente en los últimos eléctricos llegados al mercado americano, como el Hummer EV o la Ford F-150 Lightning, ambos con un peso exagerado con respecto a un 'pequeño' Honda Civic de apenas 1.300 kilogramos.
El peso adicional de los eléctricos viene en gran medida determinado por el tamaño de la batería. Para lograr grandes rangos de autonomía son necesarios pesados módulos que disparan los kilos por centenares. Si bien Homedy ha destacado los importantes beneficios que presentan los coches eléctricos, también ha alertado sobre las posibles consecuencias no deseadas de estos. Además del peso, también hay que tener en cuenta la altura, que a su vez representa un peligro adicional para peatones y usuarios de vehículos más bajos y pequeños.
A pesar de las declaraciones, las diferentes pruebas de seguridad realizadas por todo el mundo evidencian que los coches eléctricos son más seguros que los coches de combustión ante la fuerza de un impacto. Aunque el peso condiciona la respuesta, las baterías estructurales actúan como una barrera de resistencia. Basta con mirar las últimas pruebas publicadas por Euro NCAP. En ellas descubrimos que los primeros puestos de la lista están ocupados por eléctricos como el Tesla Model S, el Hyundai Ioniq 6 o el WEY Cofee 01. En gran medida, todo depende de cómo se reparta el peso extra, pero los resultados son claros.