Rolls-Royce ha renovado por completo su famoso banco de pruebas 108, que llevaba una década utilizándose como almacén, y lo ha estrenado con las primeras pruebas del que, según la compañía, es el sistema de propulsión híbrido-eléctrico más potente de todo el sector aeroespacial.
Cuando hablamos de aviación y de Rolls-Royce, las cosas se ponen serias. La compañía británica (recordemos que es una empresa distinta de la Rolls-Royce automovilística) es una de las más importantes del sector a nivel mundial, con orígenes que se remontan a los años 30. Los famosos motores Merlin llevaron a Rolls-Royce a la cumbre gracias a su papel determinante en la Segunda Guerra Mundial, lo cual bastó para que convertirse en un símbolo nacional británico.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces y aunque Rolls-Royce sigue haciendo algunos de los motores turbofán de aviación más potentes (y eficientes, dicho sea de paso) de la industria, también piensa en la electrificación. Y no solamente en aviones totalmente eléctricos, que los tiene, sino en propulsores híbridos.
Es el caso del Power Generation System 1 (Sistema de Generación de Energía 1, en español) o PGS1, el sistema de propulsión híbrido más potente de la industria aeroespacial. El PGS1 tiene 2,5 MW de potencia (equivalente a unos 3400 caballos) y está destinado a futuros aviones de línea regional. Este propulsor combina el motor Rolls-Royce AE 2100, de turbohélice, con el apoyo de un generador eléctrico. El generador tiene el tamaño de un barril de cerveza, pero tiene potencia suficiente para abastecer de electricidad a unos 2.500 hogares de forma continua.
A finales de este año, un generador totalmente operativo y un sistema de electrónica de potencia de 3.000 voltios, se pondrán en funcionamiento para iniciar las pruebas completas del sistema PGS1. Dice Rolls-Royce que el generador puede utilizarse para sistemas de propulsión híbridos-eléctricos o como parte de un sistema «más eléctrico» para aviones más grandes. Actualmente están completando las pruebas del sistema eléctrico en las instalaciones de la compañía en Trondheim (Noruega).
Un empleado de Rolls-Royce inspecciona el Power Generation System 1 en el banco de pruebas.
Según Alan Newby, Director de Tecnología Aeroespacial y Programas Futuros de Rolls-Royce, «es un hito importante para todos nosotros en Rolls-Royce. Estamos reuniendo un sistema que promete ser realmente innovador en el mundo de la aviación. Sabemos que en un mundo posterior al COVID-19, la gente querrá conectarse pero hacerlo de forma más sostenible. La electrificación ofrece una nueva forma de alimentar los aviones de corta distancia y queremos estar a la vanguardia de los pioneros de esta tecnología». El PGS1 servirá de base tecnológica para cualquier programa futuro de aeronaves híbridas con potencias en este orden de magnitud.
Tanto el banco de pruebas 108 como el PGS1 han recibido el apoyo del proyecto MegaFlight del Instituto de Tecnología Aeroespacial del Reino Unido, mientras que el diseño, la fabricación y las pruebas del generador eléctrico, el motor y la electrónica de potencia han recibido el apoyo del programa Clean Sky 2 de la UE.
El banco de pruebas 108 tiene una larga historia relacionada con varios motores de avión emblemáticos, entre los que se encuentran los Hercules y Centaurus, el motor Olympus que impulsó el Concorde o el motor Pegasus que da vida al AV-8B Harrier II Plus de la Armada Española.