La demanda del Rolls-Royce Spectre está superando las expectativas previstas por la marca británica. El primer coche eléctrico de Rolls-Royce se presentó el pasado mes de octubre y ya tiene vendida toda la producción hasta bien entrado 2023. Una situación que ayudará a aumentar las arcas de Rolls-Royce a cambio de sacrificar su tan preciada exclusividad.
Rolls-Royce tendrá que aumentar la producción prevista para su primer coche eléctrico si los pedidos continúan al ritmo actual, según ha declarado su consejero delegado, Torsten Müller-Ötvös. El CEO de la marca dijo también que la cartera de pedidos actual cubre la producción hasta «muy lejos» en el año 2023, sin especificar una fecha más concreta.
«La recepción de pedidos para el Spectre es mucho mejor en este momento de lo que habríamos esperado», dijo el CEO de Rolls-Royce, en una reunión con periodistas a principios de este mes. «Nos quedan un par de meses [antes de que empiece la producción], pero si esta tendencia continúa, estoy bastante seguro de que tendremos que ajustar nuestros planes».
La compañía británica, perteneciente al Grupo BMW, comenzará a fabricar su primer coche eléctrico en el mes de marzo y tiene previsto empezar a entregar los primeros coches a clientes en el último trimestre del año. Aquí está uno de los problemas a los que se enfrenta debido al éxito: los plazos de entrega se pueden alargar más de lo deseado. Para evitar hacer esperar más de la cuenta a sus acaudalados clientes, no queda otra que aumentar la capacidad de producción.
Hay otra cosa a tener en cuenta: el Spectre hará perder a Rolls-Royce algo de su exclusividad en términos puramente objetivos. Una circunstancia que no preocupa demasiado a la marca, habida cuenta de su creciente número de ventas año tras año. Las dificultades en la industria y la economía no parecen afectar al sector del super lujo: Rolls-Royce consiguió en 2022 su récord histórico de ventas a nivel mundial con 6.021 coches vendidos.
El Spectre viene para ser el «tercer pilar» en ventas para la compañía, después del Cullinan y el Ghost, según dijo Müller-Ötvös. El Cullinan (el primer SUV de Rolls-Royce) representó casi la mitad de las ventas mundiales de Rolls-Royce en 2022, mientras que el Ghost supuso el 25%. Si las ventas de estos modelos continúan la tendencia actual, la firma británica tiene todas las papeletas para conseguir otro récord de ventas este 2023 gracias al Spectre.
Esto reducirá ligeramente la exclusividad de la marca (fabricarán un mayor número), pero le ayudará a generar más dinero. Según Müller-Ötvös, el Spectre será rentable desde el principio. Desde luego, no será barato: el Spectre costará unos 400.000 euros de base, según ha indicado Rolls-Royce, situándolo entre el Cullinan y el Phantom, el buque insignia de la marca. A eso hay que añadir la personalización de cada cliente, que sube notablemente la factura final. El precio medio de un Rolls-Royce nuevo subió a casi medio millón de euros en 2022, según dijo la propia Rolls-Royce, lo que también supuso un récord en la marca.
Esto se debe a que todos los coches que salen de la fábrica de Goodwood, al sur de Inglaterra, están notablemente personalizados a gusto del cliente. Según su consejero delegado, el Spectre alcanzará «los mismos niveles de rentabilidad» que el resto de modelos de la marca. Una rentabilidad que no hacen pública, aunque en el Grupo BMW parecen estar contentos con ella.
El Rolls-Royce Spectre tendrá una autonomía de 520 kilómetros gracias a una enorme batería de 700 kilos, que eleva el peso total del vehículo hasta las casi 3 toneladas. La capacidad de la batería no ha sido anunciada, aunque dado el peso del paquete, será superior a 100 kWh. Su propulsor anuncia 585 CV de potencia (430 kW) y 900 Nm de par, y será el Rolls-Royce más aerodinámico de la historia, con un Cx 0,25.