El 2030 será una fecha muy especial en la historia del motor. Tras 126 años, Rolls-Royce dejará atrás una época. Ese es el año en el que la compañía fundada por Henry Royce y Charles Rolls dirá adiós a los motores de combustión. Antes de esa determinante fecha, el Rolls-Royce Spectre será el primer modelo de la compañía en adentrarse en el terreno 100% eléctrico. Los ingleses no han querido dar pasos intermedios, del V12 a lo eléctrico.
La transformación eléctrica de la compañía estará supervisada por capo de Goodwood, el señor Torsten Müller-Ötvös. Durante una entrevista a Autocar, ha comentado varios hechos interesantes que rodean al proyecto Spectre. Lo primero que ha afirmado es que el prototipo lanzado hace unos meses se corresponde fielmente con el diseño final del producto. Todos sabemos que un coche eléctrico emplea componentes más pequeños, pero eso no significa que un Rolls-Royce deba cumplir con ciertos requisitos, ya sea a pilas como si no.
Aunque bajo el capó no habrá el clásico V12 de la compañía, los creativos han querido dejar ese morro largo y de clara inspiración Wraith, el cuál, por cierto, cesará su producción dentro de muy poco tiempo. La parrilla tradicional también sobrevivirá, de alguna forma lo hará, tal y como ha expresado Müller-Ötvös, aunque está claro que no habrá mecánica que refrigerar. A esos detalles también se sumarán las puertas de estilo suicida, y una línea coupé que reforzará el carácter GT del Rolls-Royce Spectre.
El Spectre será el primer coche eléctrico de producción de Rolls-Royce.
Como ya aviaron en su momento, va a ser toda una declaración de intenciones. Bajo su elegante y sofisticada carrocería se esconderá una plataforma de última generación que le permitirá albergar un esquema eléctrico de gran tamaño. Una batería de iones de litio que superará generosamente los 100 kWh de capacidad y que irá acompañada por uno o dos motores eléctricos que en su cómputo global ofrecerán una potencia cercana o superior a los 550 caballos de potencia. Todo ello comprendido en un peso nada discreto que puede llegar a rondar las tres toneladas de peso.
Lo que todavía no se sabe es si Rolls-Royce optará por un sistema eléctrico propio o, por el contrario, tomará prestados muchos conocimientos de sus hermanos de BMW. De ser así, habría que fijar todas las miradas en el nuevo BMW iX y en el próximo BMW i7. Los dos podrían servir de base para la configuración eléctrica del Spectre, aunque en ese caso los ingleses trabajarían para llevarlo a un nuevo nivel en confort y calidad. El CEO de la compañía asegura que será el modelo de la casa más refinado que jamás se haya hecho.
Aunque ese concepto solo lo podrán poner a prueba unos pocos afortunados en el mundo, está claro que Rolls-Royce comienza una nueva era. Dentro de poco darán comienzo las pruebas en carretera, completándose más de 240 millones de kilómetros con diversas mulas y unidades. Una distancia que supone ir y volver a la Luna más de 300 veces. El lanzamiento comercial está previsto para el último trimestre de 2023. Una fecha que está mucho más cerca de lo que podemos imaginar.