El Rolls-Royce Wraith y su "hermano" descapotable, el Rolls-Royce Dawn, dejarán de fabricarse en 2023. Ambos modelos han llegado al final de su vida comercial (o mejor dicho, están a punto de hacerlo) y no tendrán sustituto directo. El relevo será el Rolls-Royce Spectre, el primer coche eléctrico de producción de la firma británica.
El año que viene dejarán de fabricarse los Rolls-Royce Wraith y Dawn, según ha confirmado el jefe de la compañía, Torsten Müller-Ötvös. Rolls-Royce ha dejado de aceptar pedidos para estos dos modelos en todos los mercados en los que estaban a la venta, incluido España. No obstante, dada la producción artesanal de sus coches y la lista de espera existente, su producción se alargará hasta el año 2023.
No tendrán un sucesor directo con el mismo nombre, y no es porque no hayan tenido éxito comercial, al contrario. Pero en Rolls-Royce ya están pensando en la nueva era de su historia particular: la del coche eléctrico.
La firma británica centrará sus esfuerzos en el desarrollo del Rolls-Royce Spectre, el coupé eléctrico que la compañía presentará a finales del año que viene. Su lanzamiento al mercado está previsto para el año 2024, y se convertirá en el primer modelo eléctrico de producción de Rolls-Royce.
Aunque no es el sucesor directo (son modelos diferentes), el Spectre ocupará el lugar que deja el Wraith. Un coupé de dos puertas, enfocado a un público con una edad media inferior a la clientela del Phantom, y pensado para que su propietario lo conduzca, en lugar de ser llevado por un chófer.
No obstante, el Spectre es indudablemente un Rolls-Royce y compartirá rasgos con otros modelos ya conocidos de la marca. En las primeras imágenes se puede ver que tendrá puertas de apertura inversa o de "tipo suicida", una solución que también emplean los Rolls-Royce Wraith y Dawn, y aunque no llevará un motor de gasolina bajo el capó, mantiene la característica parrilla delantera de Rolls-Royce con lamas verticales simulando las columnas de un antiguo templo. Mantendrá también una silueta similar, tipo fastback, aunque en este caso han depurado más la caída del techo con un perfil de tipo lágrima, más eficiente en términos aerodinámicos.
Los motores V12 biturbo de gasolina del Wraith y el Dawn dejarán paso a un propulsor totalmente eléctrico. Todavía no se conocen los detalles de su motorización, pero teniendo en cuenta el nicho de mercado al que va dirigido, no podemos esperar menos de 600 CV de potencia, probablemente con dos motores eléctricos. Dado el tamaño del coche, podrá alojar una batería de gran capacidad para poder ofrecer autonomías por encima de los 500 kilómetros.
El Spectre marcará un antes y un después en la historia de Rolls-Royce. Será su primer coche eléctrico, pero no el último. A partir del año 2030, Rolls-Royce sólo venderá coches eléctricos.