La lenta entrada de los fabricantes tradicionales en el terreno de los coches eléctricos puros ha dejado espacio suficiente como para que en la parte de mercado que se quedaba sin cubrir se asentasen fabricantes de nueva creación. Aunque es Tesla la que más disruptiva ha sido y está siendo a nivel global, esta irrupción es especialmente evidente con las marcas de origen chino. Con una tecnología eléctrica más madura que los europeos se han lanzado no sólo a la conquista de su país, sino que también se han atrevido a adentrarse en nuestro continente.
Marcas como BYD, Xpeng, SAIC, NIO y más han ido creciendo poco a poco alentadas por el vertiginoso ritmo comercial de la firma comandada por Elon Musk. De momento, sólo están disfrutando de unas ventas lo suficientemente buenas dentro de su propio país y son conscientes de que las multimillonarias inversiones que han realizado para estar a la vanguardia de la tecnología sólo se verán compensadas si de verdad tienen éxito en el ámbito internacional, por lo que sus coches eléctricos deben funcionar también en todos los mercados del mundo.
Así lo admite, de hecho, el director ejecutivo de una de esas marcas chinas que más aspiran a crecer a nivel global. Brian Gu es el CEO de Xpeng y en unas recientes declaraciones recogidas por el periódico estadounidense Financial Times ha admitido que el mercado global estará protagonizado por sólo 10 fabricantes de aquí a 10 años, lo que no deja espacio para todos, ya sean chinos, europeos o americanos.
"Dentro de cinco o diez años, habrá un mercado mucho más concentrado. Creo que los actores se reducirán probablemente a menos de 10 a escala mundial", ha señalado Gu en la entrevista.
También declaró que para que los fabricantes chinos puedan sobrevivir, necesitan establecer su producción en el entorno de las 3 millones de unidades anuales, algo realmente complicado de conseguir teniendo en cuenta que, por ejemplo, Tesla tan sólo acaba de rebasar el millón en 2022. "Para estar en ese 'club de los 3 millones' no se puede operar de manera exclusiva de China, hay que ser un operador global. Creemos que en ese escenario, quizá cerca de la mitad de tu volumen proceda de fuera de China".
Teniendo en cuenta que en su propio país no tendrán problemas para lograr sus objetivos comerciales, el auténtico reto para todos los fabricantes chinos está en Europa y Estados Unidos, países que todavía miran con recelo al producto chino, a pesar del exponencial crecimiento en lo relativo a calidad y tecnología que hemos visto en estos últimos años. Un salto cualitativo que hemos podido verificar en Híbridos y Eléctricos tras probar el BYD Atto 3, o el Han EV.
No obstante, a esos recelos también hay que sumar la complicaciones concretas que plantea cada mercado. En Europa se plantean aranceles a los coches eléctricos chinos para que no disfrutan de esa ventaja en cuanto a precio en comparación con los europeos, mientras que en Estados Unidos las políticas medioambientales todavía no favorecen de manera clara las matriculaciones de coches eléctricos.
Lo anterior unido a (por fin) la presentación de coches eléctricos europeos de precio, tamaño y prestaciones competitivas (como el modelo que derivará del Volkswagen ID.2 all), hacen que la tesitura no favorezca a todos los fabricantes chinos. Muy pocos sobrevivirán de entre todos los que anuncian coches eléctricos de última generación, por lo que se avecina una auténtica criba.
