La recarga ultrarrápida es la opción por la que parecen decantarse la mayoría de los fabricantes de coches eléctricos del mundo. Con sistemas de 400 y 800 V se logran potencias de recarga que alcanzan desde los 150 kW hasta los 480 kW (o incluso más), pasando por los 250 kW. Estas cifras proporcionan velocidades de recarga que permiten recuperar el 80% de la capacidad de una batería en 15 minutos.
Si bien el intercambio de baterías está teniendo un relativo éxito, sobre todo en China, la ventaja más importante de la carga cableada es la estandarización. Siempre que el vehículo lo permita, podrá recargar en cualquier estación de recarga de este tipo. Esto facilita la expansión de la red que, en un futuro, podría ser similar a la red de estaciones de servicio que hoy conocemos para los combustibles fósiles.
La tecnología de la recarga en corriente continua
Zerova Technologies presentará su última tecnología de recarga para vehículos eléctricos durante la edición de este año del Consumer Electronics Show (CES) en Las Vegas. El producto principal de su stand será el cargador de corriente continua capaz de alcanzar los 480 kW. Los cargadores de Zerova son compatibles con Intelligent Dynamic Power Sharing y cumplen con la norma ISO15118, el estándar internacional que define la comunicación entre el vehículo y la red. Están equipados con conectores CCS1, CCS2, NACS, GBT y CHAdeMO y cumplen con los estándares OCPP 2.0.
Zerova se une a otras empresas del sector de la recarga que ya ofrecen productos capaces de alcanzar potencias que están muy por encima de lo que admiten los coches eléctricos del mercado. Y, al igual que ocurre en la industria del automóvil, es China la que más está empujando para ofrecer sistemas de recarga con potencias cada vez más elevadas.
Es el caso de XPeng, que no se limita únicamente a la fabricación y venta de coches eléctricos. Su enfoque comercial también abarca la infraestructura de carga asociada a estos vehículos. Con el objetivo de superar a las tecnologías más avanzadas de Porsche y Tesla, la empresa china lanzó uno de los sistemas de carga ultrarrápida más potentes del mundo. El S4 alcanza también los 480 kW, lo que implica que puede recuperar hasta 200 kilómetros de autonomía en tan solo cinco minutos (según el ciclo de homologación CLTC chino).
El pasado 23 de diciembre, NIO celebró el NIO Day, en el que, además de su alternativa para el intercambio de baterías, dio a conocer la cuarta generación de puntos de recarga NIO Power Charger 4.0 que alcanzan una impresionante potencia máxima de 640 kW, operando a 765 A y 1.000 V. Además, el peso del cable y el conector se han reducido significativamente a tan solo 2.4 kg, a pesar de estar refrigerado por líquido.
Además de estas dos compañías chinas, en este sector destacan también empresas como Tesla. Con los supercargadores V3 ya alcanzó una potencia de 250 KW, que irá siendo mejorada con la nueva generación de puntos de recarga, V4, capaces de trabajar con un voltaje nominal de 1.000 V y con una corriente de 615 A, lo que proporcionará una potencia nominal de 615 kW.
Los fabricantes de coches eléctricos, muy por detrás de la tecnología
Sin embargo, todos estos datos y números se quedan muy lejos de lo que son capaces de aceptar los coches eléctricos del mercado. Contadas son las excepciones que presumen de potencias por encima de los 200 kW. Una vez más, Tesla se encuentra a la cabeza en este aspecto, ya que sus coches pueden alcanzar los 250 kW de potencia que ofrecen los supercargadores. Eso sí, hay que tener en cuenta que solo lo harán en los V3, siempre que no compartan el punto con otro coche y durante un periodo limitado en la curva de carga. Igualmente, y gracias a la tecnología de 800 voltios, el Porsche Taycan puede alcanzar una potencia de 270 kW.
Son los coreanos del grupo Hyundai-Kia los que más se acercan a estas cifras. Por ejemplo, Kia anuncia para sus modelos de la gama EV 240 kW, aunque el Kia Niro-e solo llega a los 80 kW. El último lanzamiento de Hyundai, el IONIQ 6, promete 350 kW de potencia, mientras que su hermano pequeño, el IONIQ 5, es capaz de llegar hasta los 240 KW.
El resto de los coches eléctricos del mercado están por debajo de estas cifras. MG anuncia 135 kW para el MG4 y Peugeot llega a los 160 kW con el E-3008, aunque otros modelos anteriores como el E-208 sólo admiten 100 kW. Volkswagen alcanza los 175 kW en su último lanzamiento, el ID.7, que también hereda el nuevo ID.3. Renault ofrece hasta 130 kW en su nueva gama E-TECH, siempre y cuando se seleccione esta opción entre sus equipamientos. Lo mismo ocurre con el Nissan ARIYA, con 130 kW de potencia máxima, o el Ford Mustang Mach-E con 150 kW. BMW llega hasta los 205 KW en el nuevo i4 y Mercedes a los 200 kW en el EQS.
En cualquier caso, ningún coche eléctrico del mercado se acerca a las potencias de los cargadores de 480 kW y más que la tecnología es capaz de ofrecer. Detrás de esta realidad está una cuestión como la degradación de la batería, provocada por el incremento de temperatura que conlleva cargar a tan altas potencias. Cuantas más recargas rápidas se realicen, mayor será la degradación de la batería y menos autonomía ofrecerá por carga.
Aun así, los fabricantes deberían tener en cuenta que el usuario de un coche eléctrico que viaje con él, debe poder recuperar al menos el 80% de su autonomía en menos de 15 minutos para comparar la experiencia de recarga a la del llenado de un depósito de combustible. Si esto no se garantiza, supondrá un obstáculo para aquellos que quieran dar el salto definitivo a un coche eléctrico que les sirva para todas sus necesidades.
