Cada cual de manera diferente, la mayoría de fabricantes ha experimentado en el pasado con los coches eléctricos. Entre ellos SEAT, cuyo Mii eléctrico no es el primer modelo de baterías de su historia (aunque sí el primero en producirse en serie). Y es que la compañía española dio a conocer un SEAT Toledo eléctrico hace ahora 28 años, en agosto de 1992. Un año histórico para nuestro país, que albergó los Juegos Olímpicos y en los cuales aquel Toledo eléctrico tuvo su particular participación.
El SEAT Toledo eléctrico fue especialmente desarrollado para aquel evento, una cita que pasaría a los libros de Historia del deporte y de nuestro país. El primer SEAT eléctrico nació en 1992 como una respuesta al reglamento de la Maratón, que indica que el vehículo que debe abrir la prueba debe ser cero emisiones. Y qué mejor coche que el Toledo, recién llegado al mercado por aquellas fechas y fabricado cerca de la ciudad condal, para llevar a cabo la tarea.
SEAT Toledo eléctrico.
Antes de desarrollar el coche, el objetivo principal era que su pesada batería fuese capaz de almacenar energía suficiente para aguantar los poco más de 42 kilómetros de la Maratón. Para ello había que tener en cuenta el recorrido de la misma, que contemplaba varias subidas complicadas que hacían que el Toledo eléctrico consumiera más energía. Por supuesto, la tecnología disponible en aquella fecha tampoco permitía grandes autonomías; se necesitaron unas baterías de 500 kilos para poder alcanzar el objetivo.
Los ingenieros de SEAT tardaron poco más de tres meses en preparar esta versión eléctrica del Toledo. Hoy, Thomas Kurz, uno de los ingenieros del grupo que participó en la conversión a eléctrico del Toledo, recuerda aquel proyecto como algo «muy novedoso» y emocionante, ya que un coche eléctrico era entonces toda una primicia. Tanto fue así que, cuando el coche estuvo listo, hubo que matricularlo primero en Alemania porque no estaba claro cómo matricular legalmente en España un coche propulsado con baterías.
Interruptor del interior del SEAT Toledo eléctrico.
Los ingenieros apenas tuvieron que realizar cambios en el Toledo de serie original: en el maletero se colocó una especie de bañera para albergar la batería, y los frenos tenían un tambor más grande que el coche de serie para poder hacer frente al peso extra del coche eléctrico. Por lo demás, el bastidor y la carrocería permanecían prácticamente intactos. Cuando pasaron la ITV, los ingenieros de la marca tuvieron que demostrar que el coche podía alcanzar los 50 km/h y que podía frenar desde esa velocidad a cero en una distancia específica.
El SEAT Toledo eléctrico no solamente alcanzaba los 50 km/h, sino que podía alcanzar los 100 km/h de velocidad punta. Eso sí, tardaba una eternidad en llegar a esa velocidad: solamente para pasar de 0 a 70 km/h necesitaba 28 segundos. Unas prestaciones pobres consecuencia de un motor eléctrico poco potente, de apenas 22 CV.
Capó delantero del SEAT Toledo eléctrico.
No obstante, fue suficiente para que el SEAT Toledo eléctrico consiguiese alcanzar el objetivo que tenía encomendado: superar los 42 kilómetros de la Maratón de los Juegos Olímpicos de Barcelona (declaraba una autonomía de 55 km en ciclo urbano) a un ritmo aproximado de 30 km/h. Semanas después volvió a repetir su trabajo en los Juegos Paralímpicos.
El SEAT Toledo eléctrico descansa hoy en el museo de la marca, y con más energía que nunca después de haber sido remodelado por el equipo de restauración del Museo de SEAT. La marca ha sustituido las antiguas baterías de plomo-gel y ha actualizado el sistema eléctrico del coche, aumentando así su autonomía. Desde la marca bromean diciendo que ahora podría recorrer «alguna que otra maratón más».
El SEAT Toledo eléctrico junto al actual Mii eléctrico.
SEAT ha querido ahora rememorar este modelo dando un paseo por Montaña Olímpica de Barcelona junto al Mii eléctrico, un modelo actual que, pese a tener baterías un 50 % más ligeras, multiplica por más de 6 la autonomía en ciudad del Toledo eléctrico.
Especificaciones del SEAT Toledo eléctrico de 1992
- Batería: 16 baterías de Plomo-gel, 500 kg de peso
- Potencia máxima: 16 kW (22 CV)
- Velocidad máxima: 100 km/h
- Aceleración: de 0 a 70 km/h en 28 segundos
- Autonomía en ciclo urbano: 50 km