Hace más de diez años, el gran hándicap de los nuevos coches eléctricos era la autonomía. La primera generación necesitaba recargarlas cada 200 km, lo que limitaba su uso a entornos urbanos. Pero la tecnología ha avanzado y la mayoría de los coches eléctricos de segunda generación ya alcanzan más de 350 km de autonomía, llegando, en el caso de las baterías más grandes, hasta los 700 km. Gracias a la economía de escala, estas baterías de mayor tamaño son ahora más accesibles. Así, un coche eléctrico puede ahora salir de la ciudad y realizar viajes largos.
La red de recarga se convierte así en el nuevo hándicap de los usuarios: encontrar un punto de recarga que funcione y que garantice la operación es ahora el desafío. Pero unido a él hay algo más que la tecnología debe lograr: recargar lo más rápido posible, en un tiempo similar al que se tarda en rellenar un tanque de combustible. StoreDot y Polestar quieren demostrar que esto es posible.
Menos teoría y más realidad: implementación práctica de las baterías XFC
La tecnología de carga de las baterías XFC de StoreDot ha generado una notable expectación entre fabricantes y usuarios de coches eléctricos. La empresa israelí colabora estrechamente con Polestar en el desarrollo de una tecnología que asegura tiempos de carga excepcionalmente rápidos, capaces de revolucionar la experiencia de uso de los vehículos eléctricos.
Ambas empresas quieren alejarse de la teoría y centrarse en la implementación práctica de las baterías XFC, una tecnología que no solo tiene el potencial de transformar la industria del automóvil, también la de la infraestructura de carga. La tecnología FlashBattery XFC redefine la química de las baterías al lograr una reducción del 50% en los tiempos de recarga de los vehículos eléctricos en comparación con las baterías actuales. Además, tienen el potencial de ser producidas en masa, de manera sencilla, utilizando las instalaciones de fabricación que se emplean en las baterías actuales.
Al igual que ocurre con cualquier tecnología emergente, todo el entusiasmo que rodea a los anuncios sobre XFC va acompañado de varios desafíos y preocupaciones. StoreDot necesita abordar cuestiones como la generación de calor durante la carga rápida, la formación de dendritas y los posibles efectos a largo plazo en la degradación de las baterías.
Recientemente, la firma israelí ha dado un paso más anunciando una nueva colaboración con Polestar. Su objetivo es explorar y demostrar la viabilidad técnica integrando la tecnología XFC en una plataforma preexistente. Esta iniciativa busca mostrar cómo podría implementarse la solución a nivel de producción, poniendo de relieve la aplicabilidad práctica de XFC en escenarios reales.
En el pasado Polestar Day celebrado en Los Ángeles, California, StoreDot presentó un prototipo de módulo de batería específicamente diseñado para Polestar que alberga su tecnología de carga de celdas XFC '100-in-5' (100 millas, 160 km, en 5 minutos). Con esta colaboración, ambas empresas tratan de mostrar que sus afirmaciones son reales cuando se aplican a escala completa. Esta batería se implementará en 2024 en un prototipo del Polestar 5, abarcando aspectos cruciales como el diseño de ingeniería y la refrigeración.
Doron Myersdorf, CEO de StoreDot, afirmó que “este es un hito significativo para validar que nuestra tecnología está lista para la producción a gran escala”. Polestar era ya un inversor estratégico de la empresa y esta colaboración “consolida y fortalece nuestra colaboración”. Myersdorf afirma que, aunque queda mucho trabajo por hacer para integrar por completo sus sistemas en un coche eléctrico de producción, estas pruebas demostrarán en los próximos meses que las pruebas de laboratorio también se cumplen en la realidad.