La llamada guerra de precios en los coches eléctricos ha comenzado. Marcas como Citroën ya han mostrado su primer caballo de batalla: el ë-C3. Este será el modelo que la marca comercializará en 2024 por un precio de partida inferior a 24.000 euros, sin incluir ayudas o descuentos. Después del modelo francés, también harán lo propio otras marcas del grupo Stellantis, como FIAT con su Panda eléctrico.
Con ello, el grupo espera ganarle la batalla a la mayoría de sus contendientes, como el Renault Twingo o el Volkswagen ID.2. Para ello, ya está planeando la construcción de una nueva fábrica en la que producir baterías baratas para sus futuros coches eléctricos low cost.
Nueva fábrica de baterías europea
Según apuntan desde Automotive News Europe, este movimiento, a priori, se llevará a cabo de la mano de CATL, la mayor empresa de baterías del mundo. En esta asociación, ambas compañías producirán baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) que se encargarán de alimentar a los modelos eléctricos más asequibles de Stellantis.
Hace apenas unas horas, ambas compañías han admitido la firma de un acuerdo preliminar para el suministro de celdas y módulos de baterías de este tipo. Además, en dicho acuerdo se incluiría la construcción de una nueva fábrica, que deberá estar asentada en Europa.
Por el momento, ninguna de las partes ha querido dar detalles concretos al respecto, como el tamaño de esta instalación, su capacidad de producción anual o cuál será su ubicación exacta dentro de la Unión Europea. Maxime Picat, director global de Compras y Cadena de Suministro de Stellantis, ha afirmado en un comunicado que “todavía necesitamos algunos meses más para finalizar el plan de empresa” y que calcula que precisarán “al menos tres años para tener esta gigafactoría en funcionamiento”. Lo que sí ha quedado patente es que en esta planta ambas compañías contribuirán por igual en todos y cada uno de los apartados.
El comunicado emitido por ambas entidades apunta a que esta colaboración “es a largo plazo e incluye la identificación de oportunidades para fortalecer aún más la cadena de valor de las baterías”. En palabras de Robin Zeng, CEO de CATL, “creemos que la asociación será un paso decisivo en el camino de ambas partes hacia los objetivos de neutralidad de carbono”.
Por su parte, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, aseguró que “las baterías LFP son otro ingrediente de nuestra estrategia a largo plazo para proteger la libertad de movilidad de la clase media europea”. Una afirmación que incide en el mensaje que ha lanzado en numerosas ocasiones sobre el problema de que los coches eléctricos actuales no estén a alcance de la mayoría de ciudadanos, algo que esperan solucionar con sus futuros lanzamientos.
Esta no es la primera gigafactoría de baterías que Stellantis espera levantar en Europa en los próximos años. Ya hay anunciadas otras en Francia, Alemania e Italia. ¿Será esta la esperada para España? Por el momento, su ubicación final es todo un misterio.