Si el mundo quiere cambiar su forma de moverse y reducir las emisiones contaminantes necesita replantearse la movilidad eléctrica. De poco o nada sirven SUV de grandes baterías, pesados, fabricados en China y con un precio inalcanzable para la mayoría. El verdadero reto está en crear coches baratos, ligeros y con suficiente autonomía para cumplir la mayoría de las necesidades habituales de los clientes. El nuevo Citroën ë-C3 acaba de ser presentado con esta premisa y aunque su ciclo de vida apenas acaba de dar sus primeros pasos, Stellantis confirma que habrá muchos modelos basados en él, siete para ser más exactos.
Como ya sabrás, el Grupo Stellantis es una de las corporaciones más grandes y destacadas de la industria de la automoción. Está compuesto por 14 marcas diferentes de varios continentes. Citroën, Opel, Peugeot, DS, FIAT, Alfa Romeo y RAM sólo son una muestra de todo lo que el conglomerado galo es capaz de ofrecer. Su amplio espectro de marcas y posicionamientos basa su existencia en el empleo de tecnologías compartidas. Motores, sistemas informáticos, elementos, baterías y, por supuesto, plataformas. Muchos coches se apoyan sobre las mismas estructuras. Esta estrategia permite reducir drásticamente los costes para así poder ofrecer productos a un precio interesante.
Objetivo Stellantis: ofrecer muchos coches eléctricos por menos de 25.000 euros
Hace ya más de dos años que el grupo dirigido por Carlos Tavares anunció que su estrategia de futuro se apoyará sobre cuatro plataformas principales denominadas STLA: Small, Medium, Large y Frame. La gran colección de modelos girará en torno a esas súper estructuras capaces de ofrecer sistemas electrificados de última generación. A priori, la plataforma más popular será la de tamaño medio. El Peugeot E-3008 ha sido el primero en emplearla, pero se calcula que más de dos millones de coches acaben usándola durante los próximos años.
Sin embargo, el lanzamiento del nuevo Citroën ë-C3 nos ha permitido saber que serán cinco las estructuras empleadas por Stellantis. El pequeño eléctrico se apoya sobre una plataforma denominada Smart Car, que deriva directamente de la arquitectura CMP de Stellantis desarrollada para mercados emergentes. El modelo francés ha sido el primero en usarla, pero no será el único, tal y como ha confirmado el director de desarrollo, Renaud Tourte. “Alrededor de siete coches diferentes deberían basarse en ella”. Algunas marcas de la alianza ya han dejado bien claro que quieren aprovecharse de ella. Marcas como FIAT y Opel basarán sus eléctricos más baratos en la Smart Car. Deberíamos empezar a verlos a partir del próximo año.
El objetivo de Stellantis es inundar el mercado de coches eléctricos baratos. Conviene recordar que el ë-C3 se ha anunciado a un precio base de 23.800 euros y ya se especula sobre una versión Aircross para el año que viene. El utilitario galo cuenta con una autonomía homologada de 320 kilómetros. La producción se llevará a cabo en la planta de Trnava, en Eslovaquia, aunque la empresa ha dejado claro que la estructura Smart Car puede exportarse a otras fábricas fácilmente, pensando principalmente en una producción europea para así no escapar a posibles beneficios fiscales que puedan implantarse en un futuro.
