En 2021 el mundo asistió al nacimiento del cuarto mayor fabricante del mundo, el Grupo Stellantis. Tras meses de negociaciones y acuerdos, el año post pandemia fue el año en el que se fusionaron los grupos FCA y PSA para hacer de la unión la fuerza. Al frente de la nueva empresa se situó Carlos Tavares, una de las figuras más ilustres y representativas de la industria. Un mandatario reconocido por su exigencia de ahorro. Tavares no se corta a la hora de criticar y durante los últimos meses han surgido rumores que implicaban la venta de alguna de las marcas menos rentables del Grupo Stellantis.
El conglomerado con sede en Países Bajos cuenta con 14 marcas diferentes en su haber. Compañías ilustres como Peugeot, Citroën, FIAT, Opel, Jeep, Dodge, Alfa Romeo, Chrysler o Maserati, entre otras. Todo un batiburrillo de modelos, carrocerías y motores que en más de una ocasión se canibalizan entre sí. Ese ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza de Tavares y de la cúpula directiva de Stellantis; crear valor en todas sus empresas y habilitar un espacio para todas y cada una de ellas. Es difícil, pero con el paso del tiempo se ha demostrado que se ha logrado.
Tras los rumores, Stellantis ha tenido que negar públicamente la venta
En su afán por reducir costes para ampliar los márgenes de beneficios, Tavares ha asegurado que sería capaz de desprenderse de cualquiera de las marcas si esta no aporta los rendimientos necesarios a las arcas del grupo. Sus controvertidas palabras han sido la comidilla de la industria durante este verano. “Si no ganan dinero la cerramos. No podemos permitirnos tener marcas que no ganen dinero”. Los dardos envenenados del CEO de Stellantis tenían como principal diana a Maserati y a Alfa Romeo, dos de las firmas más caras del grupo y las empresas que peores cifras cosechan.
Durante el balance de resultados del segundo trimestre, la marca del tridente registró pérdidas operativas por valor de 82 millones de euros, sólo durante los primeros seis meses del año. A pesar del dato negativo, el Grupo Stellantis registró un beneficio neto de 5.600 millones de euros entre enero y junio, un 48% menos que con respecto al mismo periodo del 2023. A pesar de las duras palabras de Tavares, la empresa ha emitido ahora un comunicado asegurando que no se deshará de ninguna de las marcas y que no habrá fusiones entre ellas. La cúpula seguirá el plan a 10 años que se firmó en 2021.
En dicho plan se contempla mantener en el grupo a sus marcas más poderosas e icónicas durante un plazo mínimo de una década. Así lo ha reafirmado la empresa públicamente a raíz de nuevos rumores de una posible escisión de las marcas Dodge y Chrysler. Ninguna se moverá de donde está, no al menos hasta que se cumpla el plazo acordado. El objetivo de Stellantis para los próximos años es aumentar su representación en el mercado americano. En Europa la situación es diferente. A principios de año se firmó un acuerdo con Leapmotor para la explotación de la marca china en el Viejo Continente. Los primeros coches están a punto de llegar a los concesionarios.