Mercedes-Benz está ampliando su gama de vehículos eléctricos de forma considerable. A día de hoy, cuenta ya con una gama de por sí bastante generosa, aunque en los próximos años esta crecerá significativamente con modelos ya anunciados como el CLA o el nuevo EQC (variante eléctrica del Clase GLC). Tanto es así, que la compañía germana ya planea cambios notables en su red de producción de vehículos, que posee instalaciones tanto en Europa, como en Norteamérica o China.
La última noticia que ha llegado a este respecto hace referencia a la producción del actual Mercedes EQS SUV, que abandonará previsiblemente la fábrica de Tuscaloosa, en Alabama, Estados Unidos, en favor de la planta de Breman, Alemania. Todo ello, según ha publicado Automotive News Europe en las últimas horas.
Redistribución de su gama eléctrica
Este particular baile de modelos eléctricos construidos en las diferentes fábricas de la marca, se llevará a cabo, previsiblemente, “durante la segunda mitad de esta década”, según afirman desde el mencionado medio.
El Mercedes EQS SUV, como ya hemos mencionado, se fabrica en Alabama donde llegó el pasado mes de agosto. En los próximos años, será trasladado hasta Alemania para poder hacer sitio a la producción del Mercedes GLC EV (conocido hasta ahora como EQC). Según la misma fuente, será una “fuente de ingresos significativa” y tendrá la vista puesta principalmente en el mercado norteamericano.
Aunque el EQS SUV contempla EEUU como su mercado preferente, sus cifras de ventas sin embargo lo hacen más apropiado para la exportación desde Alemania. Las previsiones son de que el EQC contará con una producción de alrededor de 50.000 unidades en su primer año. Esto supone un volumen de fabricación de más del doble que el actual EQS SUV, que cuenta con unas ventas de 7.086 unidades sólo en Estados Unidos.
Por otro lado, se sabe que la próxima generación del EQC contará con una autonomía inicial de 500 kilómetros, mientras que su rediseño será completo para asemejarse al recientemente renovado Mercedes GLC. No obstante, según el citado medio, contará con “una parte delantera y trasera con diseño más redondeado” que la versión con motores térmicos para generar así una mejora aerodinámica.
De forma paralela, fabricar este SUV eléctrico en Estados Unidos le vendrá muy bien a Mercedes, no sólo en el ámbito de ahorro de costes por la exportación, sino que también podrá acceder así a las siempre bienvenidas ayudas estatales del Gobierno del país, que apoyan los coches eléctricos fabricados en la región.
En Estados Unidos, concretamente, Mercedes espera que sus modelos eléctricos cuenten con una cuota de ventas del 40% para el año 2026, mientras que para el año 2030 esperan que este porcentaje aumente hasta el 70%. Para entonces, la marca espera ser una empresa totalmente eléctrica en Europa, adelantándose así al pronóstico para el país norteamericano.