La Comisión de la Unión Europea ha puesto sobre la mesa una propuesta para eliminar el impuesto del valor añadido a los coches eléctricos, con el objetivo de impulsar el transporte sin emisiones. La propuesta forma parte de un paquete de protección y recuperación económica por valor de hasta 100.000 millones de euros, y que quiere vincular la recuperación económica del continente a un estímulo en las ventas de vehículos eléctricos y conseguir así un transporte menos contaminante.
Los dirigentes europeos están intentando buscar la manera de incluir los vehículos eléctricos en los planes de recuperación económica tras la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. La idea es incentivar su compra y aumentar su presencia en el mercado, reduciendo las emisiones de gases contaminantes en toda la Unión Europea.
Según ha podido saber Bloomberg, entre las propuestas de la Unión Europea se está considerando la posibilidad de eliminar el IVA en su totalidad para los «coches más limpios», sin especificar exactamente qué tipos se incluirían. En este punto no sabemos si se incluirán solamente coches eléctricos, o también híbridos e híbridos enchufables, de hidrógeno o incluso de gas (considerados como limpios en algunas administraciones).
Al parecer, esta medida podría financiarse con una partida de 20.000 millones de euros en los próximos dos años, un dinero proveniente de dos programas de la UE ya existentes (y no directamente de los paquetes de recuperación económica actualmente en discusión).
Aunque este impuesto varía de un país a otro, en la mayoría de países de la Unión Europea se sitúa en torno al 20 por ciento. Luxemburgo tiene uno de los IVA más bajos, con un tipo general del 17 por ciento, mientras que en Hungría es del 27%. En España los coches están gravados con el tipo de IVA general del 21%, a excepción de Canarias, donde los eléctricos y los híbridos ya están exentos de pagar el IGIC (Impuesto General Indirecto Canario) en el momento de su compra.
El borrador también establece que aproximadamente la mitad de esos 100.000 millones de euros se utilizarán para acelerar las inversiones en nuevas tecnologías de propulsión sin emisiones. La Unión Europea quiere poner el foco en la movilidad eléctrica, y para ello también planea duplicar las inversiones en la infraestructura. El objetivo es instalar dos millones de puntos de recarga públicos para el año 2025.