A veces es necesario incentivar de alguna manera una compra que no termina de fraguarse. En el caso del mercado inmobiliario (como en tantos otros), lo más habitual si no se vende una propiedad es bajar su precio. Sin embargo, un propietario neozelandés ha optado por una solución diferente: incluir con la casa un SUV eléctrico de Tesla de regalo.
Se trata de un casa unifamiliar ubicada en Auckland, la ciudad más poblada de Nueva Zelanda, considerada en ocasiones como una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo. No es precisamente una casa pequeña: tiene un total de siete dormitorios, dos cocinas y cinco baños, repartidos dos plantas y 476 metros cuadrados.
Lógicamente no podía faltar un garaje. La casa tiene un garaje en la parte trasera con capacidad para dos coches, pero además tiene espacio para otros cinco o seis vehículos en el exterior de la parte trasera de la vivienda. Precisamente lo más curioso de esta propiedad tiene que ver con un vehículo: el propietario "regala" un Tesla Model Y con la vivienda.
Según el anuncio de la inmobiliaria, la casa viene con un flamante Tesla totalmente nuevo (un Model Y según las imágenes) que se encargará a fábrica justo después de la compra de la vivienda para que el nuevo propietario pueda elegir el color y otro equipamiento a su gusto.
Desconocemos si hay libre elección para la versión, aunque cabe suponer que será el Model Y de tracción, el más barato. Una versión que, no obstante, cuesta en Nueva Zelanda unos 45.900 euros al cambio actual (76.200 dólares neozelandeses). Es apenas un 4,1% del coste de la vivienda, que está a la venta por 1,1 millones de euros (1.789.000 dólares neozelandeses).
¿Será suficiente incentivo para vender la casa regalar un Tesla Model Y? Está claro que el SUV más vendido de Tesla está siendo un filón de ventas en muchos mercados, pero no necesariamente puede ser el mayor reclamo en este caso. Lo que sí está claro es que se trata de una medida que servirá para aumentar la popularidad del anuncio y de la vivienda en cuestión, que ha tenido que bajar de precio respecto al precio anunciado originalmente. Tras haber subido como la espuma después de la pandemia, los precios de la vivienda en Nueva Zelanda han caído durante 11 meses consecutivos y se hace difícil para los propietarios vender sus propiedades a día de hoy.