En muy poco tiempo han sido varios los fabricantes que han anunciado una nueva estrategia eléctrica. Las estimaciones no se transforman en realidad y ante las evidentes pérdidas sufridas por muchos fabricantes, es necesario reconducir la situación. Ford acaba de anunciar uno de esos cambios importantes con respecto a sus futuros coches eléctricos. Los americanos se centrarán en la rentabilidad y eso supone decir adiós a varios proyectos que ya estaban en marcha. Dicho cambio supondrá no ver un nuevo Ford eléctrico a escala global hasta dentro de tres años.
El director financiero de la compañía, John Lawler, ha sido tajante y claro en un comunicado emitido con respecto a la situación que sufren los modelos eléctricos: “con la compresión de precios y márgenes, hemos tomado la decisión de ajustar nuestra hoja de ruta de productos y tecnología y nuestra presencia industrial para cumplir con nuestro objetivo de alcanzar un EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos) positivo dentro de los primeros 12 meses desde el lanzamiento para todos los nuevos modelos". Es decir, Ford fija un plazo de 12 meses para que un producto alcance el éxito, sino lo consigue dará carpetazo a los trabajos.
Tres años de paréntesis para reconducir la situación
Es un margen realmente estrecho para determinar la rentabilidad de un proyecto, pero también es cierto que los primeros meses de vida de un producto suelen ser los más activos en la vida laboral. Desde hace meses, Ford lleva dando pequeños avisos de este cambio de rumbo. Su CEO, Jim Farley, no reniega de la movilidad eléctrica, pero reconoce que la industria no consigue avanzar al ritmo que se esperaba. La división de vehículos eléctricos suma miles de millones de dólares en malos dividendos. Se estima que Ford pierde más de 50.000 dólares por cada unidad matriculada. Una situación que no puede mantener durante más tiempo.
A pesar de este nuevo rumbo, Ford presentará varios coches eléctricos en los próximos meses. Tras lanzarse al mercado el nuevo Ford Capri, en unas semanas le llegará el turno al Ford Puma eléctrico. Más adelante, ya en 2026 se presentará una nueva generación de la Ford E-Transit. Los modelos actuales, el Mach-e y la F-150 Lightning seguirán adelante como si nada, pero el parón puede suponer un problema para los intereses de la marca. Otros fabricantes no van a tomarse tanto tiempo para nuevos lanzamientos, lo que supone que otras marcas puedan posicionar mejor sus nuevos productos. Ford está decidida a correr el riesgo en aras de obtener la tan necesitada rentabilidad.
El presupuesto para vehículos eléctricos se recortará del 40% del gasto total de la compañía al 30%. Ford se centrará en modelos híbridos. El SUV 100% eléctrico de tres filas se ha cancelado tras haberse llevado consigo una inversión de 400 millones de dólares. Los coches pequeños y medianos centrarán toda la atención de la compañía. El primer lanzamiento ya confirmado será el de una camioneta de tamaño medio que ahora mismo recibe el código interno de Project T3. La plataforma, como ya sabíamos, ya está desarrollándose por los ingenieros de Michigan. A pesar de que el cambio pone en peligro la posición de Ford, las acciones de la compañía han subido al cierre de los mercados.