Arno Antlitz es una de las voces más autorizadas dentro del Grupo Volkswagen. El director financiero del conglomerado alemán afronta un año con bastantes dificultades. La situación del mercado no es propensa a pensar en positivo. La industria del automóvil encadena más de dos años con serios problemas que están lejos de solucionarse. En una entrevista con Bloomberg, el propio Antlitz ha reconocido que el año 2023 será incluso más difícil que el 2022, aunque espera poder ver los primeros brotes verdes para el mercado.
La pandemia de la COVID-19 en 2020 supuso todo un terremoto para la industria del automóvil. A la paralización total de las fábricas durante varias semanas se sumó la posterior falta de componentes. Los microchips y los semiconductores se han convertido en los bienes más preciados de la industria. La falta de ellos ha provocado que las líneas de montaje no hayan recuperado el ritmo habitual de producción. Los paros selectivos han sido la tónica general desde entonces. A pesar de ello, los fabricantes anuncian ganancias para uno de los peores años que se recuerdan.
Ya en el mes de abril el mismo director financiero adelantó que la industria no se recuperará hasta el 2024. A la escasez de componentes se han sumado otros problemas secundarios que no hacen sino hundir más las esperanzas de recuperación. El precio de los materiales se ha disparado. El coste por kWh de los coches eléctricos ha crecido por primera vez en más de una década y ni hablemos de las tarifas energéticas europeas. El conflicto en Europa del Este ha causado un enorme revés para los costes de producción que ha repercutido en los clientes.
Está claro que ni Volkswagen ni el resto de fabricantes pueden seguir aplicando constantes subidas de precio a sus coches. Las tarifas están disparadas y, ante eso, muchos conductores se decantan por mantener activos sus viejos automóviles. Las ventas han caído estrepitosamente en los dos últimos años y el 2022 va a cerrar con una producción muy baja con varios meses de espera para los clientes. Los plazos de entrega se dilatan ante la incertidumbre de los componentes y, aunque se espera un crecimiento en los volúmenes para 2023, será poco significativo.
Todavía estamos muy lejos de recuperar los índices pre-pandemia, si es que en algún momento llegan a producirse. La situación en el Grupo Volkswagen es especialmente delicada. La agenda establecida por el ya destituido Herbert Diess fue excesivamente ambiciosa. Los lanzamientos han coincidido con una etapa de dificultad, lo que a su vez ha provocado un cuello de botella en los departamentos de ingeniería. El gran proyecto Trinity ya ha sido retrasado dos años, y esta semana el nuevo CEO de la compañía, Oliver Blume, informará a la junta el nuevo rumbo de la compañía.