Resulta curioso cómo las marcas venden la idea de lanzar coches eléctricos asequibles. Echando un rápido vistazo al panorama general, muchas son las compañías que han hecho potentes anuncios sobre la llegada de un eléctrico de masas que permita democratizar la movilidad eléctrica. Nos venden el proyecto como si fuese una proeza de la ingeniería y de la técnica, pero, en realidad, no hace ni cuatro años que esos coches ya estaban entre nosotros. El Volkswagen ID.1 dará comienzo a una nueva etapa en el fabricante alemán, una etapa que ellos mismos cerraron en 2020 cuando ya era todo un éxito.
No hay que ser un gran analista para ver que el segundo mayor conglomerado de la industria no está teniendo los resultados esperados en su etapa de transición. Si bien los registros de ventas han superado a los de años anteriores -Volkswagen ha matriculado casi 400.000 coches eléctricos en 2023-, los alemanes están muy lejos de los mayores fabricantes del segmento. En el mismo periodo, Tesla ha acumulado 1,89 millones de coches vendidos. Esa diferencia parece hoy insalvable, pero en la sede de Wolfsburgo confían en recortarla en los próximos años con la llegada de eléctricos más asequibles. Coches baratos que puedan llegar a un mayor público.
Volkswagen busca algo que ya tenía y que eliminó por un error
Otra cosa curiosa es cómo todas las marcas han fijado los mismos límites económicos para anunciar la llegada de sus eléctricos populares. Primero, nos encontramos con el listón de los 25.000 euros, que, en el caso de Volkswagen, estará cubierta por el ID.2. Será un Polo transformado que, casi con toda seguridad, se venderá por 24.990 euros para así poder decir que han conseguido el objetivo. Ojo, esa será la versión de acceso, la de menor equipamiento, potencia y autonomía. Si queremos mejores condiciones, habrá que desembolsar más dinero, posiblemente cerca de 30.000 euros antes de ayudas. Así que, una vez más, el precio volverá a ser un problema, como lo es ahora mismo.
La otra meta presupuestaria es la de los 20.000 euros. Ahí es donde todos los fabricantes quieren llegar, conscientes de que son los coches que transformarán la industria por completo. Tal y como adelantamos hace unos días, Volkswagen tiene programado poner a la venta su ID.1 en 2027. Durante una temporada será el modelo más económico del grupo alemán, pues tiempo después será superado por hermanos similares disponibles bajo las marcas de SEAT/CUPRA y Skoda. Entre todos crearán una familia muy bien avenida que tratará de hacerse un hueco importante en el segmento comercial más económico de la industria. En el seno del Grupo Volkswagen esperan que los ID.2 e ID.1 consigan transformar los resultados y ponerlos en la senda de superar a sus rivales.
Dichos lanzamientos se verán condicionados por el ajuste presupuestario que los alemanes anunciaron a finales del año pasado. Más de 10.000 millones de euros de ahorro en los próximos años y el despido de un 20% de la plantilla a escala global. No está siendo una etapa sencilla, ni mucho menos.
Lo más llamativo de todo es que, si echamos la vista atrás, hay que recordar que Volkswagen ya tenía el control del segmento más económico del mercado eléctrico.
Seguro que te suenan los e-Up!, Citigo y Mii Electric. No hace mucho que desaparecieron de los concesionarios. El trío eléctrico arrancó su vida comercial con cierta discreción allá por el año 2019. Si bien las diferencias entre los tres eran prácticamente mínimas, el Volkswagen e-Up! fue sumando seguidores y se convirtió en un éxito. ¿Cuál era la clave? Su atractivo precio y sus buenos resultados mecánicos.
En España era posible comprarse uno por 19.775 euros sin ayudas o descuentos, incluyendo sus 83 caballos y su batería de 32,3 kWh de capacidad que le permitía homologar una autonomía máxima de 258 kilómetros. Está claro que no era el coche más lujoso, mejor acabado ni el más cómodo para la familia, pero para el uso urbano, sus estándares siguen vigentes hoy en día.
En defintiva, llevamos años escuchando hablar de la llegada de los coches eléctricos baratos y asequibles, pero, reconozcámoslo, lo más barato que vamos a conocer, al menos en Europa, difícilmente bajará de la barrera de los 20.000 euros antes de potenciales ayudas.
No podemos esperar un ID.1 con 600 kilómetros de autonomía y gran lujo por menos de ese dinero. De hecho, Volkswagen ya ha reconocido que su precio será tan atractivo porque su interior será “sencillo”. Es decir, tendrá lo mínimo imprescindible para el día a día. Tampoco pasa nada, no es ninguna crítica, el Dacia Spring opta por la misma solución y sus ventas demuestran una buena salud comercial.
Sin embargo, cuesta creer que al Grupo Volkswagen le cueste fabricar un coche que ya tuvieron. El e-Up! y sus hermanos fueron prematuramente descatalogados por la llegada de la familia ID. Retirados del mercado en un momento en el que muchos clientes lo querían. Los alemanes volvieron a lanzarlo, pero con una producción tan baja que no sirvió de nada.
Diversos informes apuntan a que Volkswagen recuperará la denominación e-Up! Sin embargo, el peligro latente es que los alemanes ya no estarán solos en la categoría. Los futuros lanzamientos tendrán que enfrentarse a rivales que ya llevarán más tiempo sobre el terreno. No sólo el Spring, también el Citroën ë-C3 y el Renault Twingo estarán presentes, más otras posibles unidades de las que ahora mismo no tenemos conocimiento. Es posible que China quiera irrumpir en la categoría, BYD podría derivar a Europa parte de la producción del Seagull, su coche más pequeño y barato que ha demostrado ser todo un éxito en China. De ser así, Volkswagen sería la novedad y tendría que buscarse un hueco.
Sólo el tiempo dirá si el grupo alemán consigue los objetivos que se propone, pero no hay que olvidar que, como decíamos, ya tenía coches eléctricos baratos y populares que la gente quería y los desecharon por razones que sólo ellos conocerán.
Sí, hoy el mundo es más caro, pero el precio del litio ha bajado a mínimos históricos y la industria ya no vive la misma situación de descontrol que sufrimos tras la pandemia de la COVID-19 en 2020. Lo que está claro es que el mercado eléctrico más barato se antoja esencial para las marcas. Veremos cómo responde cada una de ellas y qué modelos nos presentan.