Durante décadas, las siglas GTI y la letra R han acompañado a los modelos más deportivos de la casa germana. Los Golf GTI y Golf R han demostrado que es posible combinar la practicidad del día a día con una puesta a punto más divertida y potente. Sin embargo, hoy vivimos en la era eléctrica y si por algo destacan los coches impulsados por baterías es por la facilidad que tienen para sumar caballos en sus motores. El Volkswagen ID.3 GTX introduce a la compañía en el segmento de los compactos deportivos eléctricos. Más rendimiento que no supone tener que decir adiós a nada de lo que ya conocíamos.
En 2020, el ID.3 se lanzó oficialmente al mercado. Un año extraño y complicado tras el sufrimiento de la pandemia que detuvo por completo la industria. A lo largo de estos años el compacto eléctrico de Wolfsburgo se ha situado en el ojo del huracán. Muchos lo tachan como un producto plano y poco recomendable, aunque su salud comercial demuestra que ha tenido buena aceptación entre el público europeo (mejor que en el español). No la esperada por Volkswagen, pero gracias a su reciente actualización de mitad de ciclo de vida se puede decir que ha mejorado sus características. El problema siempre ha sido el precio. El nuevo ID.3 GTX saldrá a la venta en el segundo semestre con un precio estimado muy superior a los 50.000 euros.
Nuevo motor APP550 y dos versiones mecánicas con el mismo alcance eléctrico
Sobre ese restyling Volkswagen lanza ahora la versión más potente de toda la gama bajo las siglas GTX. Se convierte así en el tercer integrante de la familia tras la llegada de los ID.4 GTX e ID.5 GTX, sin embargo, a pesar de que es más pequeño, el ID.3 casi es capaz de ofrecer la misma potencia en su conjunto. A nivel estético hay claras pero sutiles diferencias con respecto a un ID.3 convencional. Se modifican los parachoques y las llantas, ahora con un tamaño mínimo de 20 pulgadas calzadas con unos neumáticos en medida 215. Por supuesto, no pueden faltar los logotipos GTX repartidos por la carrocería.
De puertas para dentro los cambios son igual de sutiles. El ID.3 GTX cuenta con elementos típicos de los coches deportivos como la Alcántara en los asientos o las costuras en rojo. La presentación es la misma que ya conocíamos. Destaca la pantalla de la consola central con un tamaño de 12,9 pulgadas. Al ser el modelo más caro de la gama, Volkswagen recompensa a sus clientes con un mayor despliegue tecnológico, incluyendo faros matriciales de LED, Head-Up Display, asientos deportivos, el paquete de asistentes más completo de todos y el mando fónico integrado con ChatGPT.
Volkswagen ofrece dos versiones diferentes del ID.3 GTX, ambas con una batería de 79 kWh de capacidad neta y un sólo motor APP550 instalado en el eje trasero. La versión de acceso ofrece 286 caballos de potencia y 545 Nm de par motor con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6 segundos y una velocidad punta de 160 km/h.
El ID.3 GTX Performance eleva el rendimiento hasta los 326 caballos y 545 Nm de par. Hace el 0-100 km/h en 5,6 segundos y ofrece una velocidad punta de 200 km/h. Volkswagen no ha confirmado la autonomía, todavía pendiente de homologar, aunque asegura que ambas versiones serán capaces de cubrir una distancia aproximada de 600 kilómetros.