Lejos quedan los tiempos en los que Herbert Diess, CEO del Grupo Volkswagen desde 2018 hasta 2022, se codeaba con Elon Musk y admiraba la manera que tenía Tesla de fabricar y vender coches eléctricos. La junta directiva del fabricante alemán acabó por despedir al directivo con la excusa de una mala ejecución de la estrategia y diseño de sus coches eléctricos y graves faltas en el apartado de software.
Desde entonces, son muchos los vaivenes que ha tenido el gigante alemán en el apartado tecnológico, con su respectivo efecto, incluso, en la vertiente de producto: ha llegado a presentar modelos conceptuales que adelantaban coches de producción que, después, han sido cancelados (el ID. Life, por ejemplo).
Si hace años Tesla estaba, exageradamente, por delante de cualquier otro fabricante en términos de tecnología de coches eléctricos, hoy no es algo distinto. Es cierto que las distancias se han recortado, pero la firma del magnate canadiense sigue siendo la referencia, tanto en el ámbito de la eficiencia como en el comercial. También tiene en ello mucho peso que, a igualdad de tamaño, sus coches sean más baratos que los de la competencia.
Y es que, aun habiendo termiando 2023 como el peor ejercicio de los últimos tres años de actividad en cuanto a rentabilidad, Tesla sigue estando muy por delante de Volkswagen en este apartado, pues es capaz de sacar casi 5.000 euros de beneficio por cada coche eléctrico que vende.
Por esto mismo, y a causa de una transición mucho más lenta de lo esperado hacia el coche 100 % eléctrico, muchos son los fabricantes que se encuentran rediseñando sus estrategias de producto, pues los coches eléctricos aún no disfrutan de la cuota de ventas prevista para estos tiempos, ni se prevé que lo hagan próximamente.
De hecho, los coches que sí están demostrando ser una opción muy atractiva para la mayor parte del público, son los híbridos convencionales (HEV), lo que ha llevado a Toyota a lograr unos excelentes resultados económicos durante el pasado año, mientras que este año va camino de lo mismo.
Volkswagen parece haber tomado nota de la época de bonanza que viven los japoneses, y si bien es cierto que no van a dan la espalda al coche eléctrico de manera tan evidente como Toyota, han declarado que van a remotar el desarrollo de trenes de propulsión híbridos.
Y es que, los números logrados por Toyota son, ahora mismo, la envidia del Grupo Volkswagen. El fabricante japonés vendió más de 3,7 millones de coches híbridos en el pasado, lo que es un 32% más que los 2,8 millones del año anterior, mientras que entre eléctricos y gasolina representaron sólo representaron un tercio del volumen global. Por contra, Toyota vendió 116.654 coches eléctricos puros en el ejercicio fiscal, que llegó a su fin el 31 pasado de marzo. Aun así, esta cifra triplica con creces la del año anterior y supone un aumento respecto a los cero vehículos eléctricos vendidos en 2020.
Ante estos resultados, la senda que tiene que tomar Volkswagen está clara: retomar el diseño de nuevos trenes de potencia híbridos e híbridos enchufables. Es realmente llamativo que un auténtico gigante de la industria no haya desarrollado ni puesto aún en venta un tren de potenca híbrido convencional, un tipo de sistema que actualmente es el más exitoso. De hecho, es la seña de identidad de Toyota una pieza clave en las estrategias de Kia y Hyundai, por ejemplo, entre muchos otros.
La propia Toyota ha señalado que los coches híbridos se están convirtiendo en una buena opción, más aún cuando una vez evolucionada la tecnología lo suficiente, están llegando a ser, incluso, divertidos de conducir. Esto lo ha destacado el propio Yoichi Miyazaki, Director Financiero de la empresa, quien afirma que los clientes están comprando híbridos porque son ecológicos y eficientes, y porque las mejoras tecnológicas los hacen más divertidos de conducir. A lo anterior, además, se suma los precios se han equiparado a los de los térmicos y son eficientes pero no llegan a generar la ansiedad de autonomía de los eléctricos. "Los híbridos se han convertido en vehículos muy atractivos", afirma Miyazaki.
Con Toyota recogiendo los frutos de las semillas que sembró hace más de 20 años con el lanzamiento del primer Prius, un coche que por entonces resultó completamente incomprendido, el Grupo Volkswagen tiene ante sí la obligación de, o bien seguir los pasos de los japoneses o por contra para ser lo más conservadores posible, sin demasiadas aspiraciones en el ámbito de los logros, o viendo cómo se dibuja de nuevo el panorama para los próximos años, intentar tomar su propio camino.
De momento el CEO del Grupo Volkswagen, Thomas Schäfer, es sus últimas declaraciones ha dejado claro que actualmente no se puede dar la espalda a los coches que han llevado a Toyota al éxito: "Los híbridos eran cosa del pasado. El año pasado, si hubieras hecho la misma pregunta, la respuesta habría sido: «Olvídate de los híbridos, es una tecnología cara, no vale la pena». Pero en los últimos seis meses, de repente todo el mundo quiere híbridos".