En Wolfsburgo no salen las cuentas. Volkswagen lleva meses intentando sumar y restar, pero las cifras no cuadran. Las ventas de su gama eléctrica van más lentas de lo esperado y ahora mismo la inversión no está dando los frutos deseados. Ante las malas perspectivas, la cúpula directiva se pondrá muy seria. Toda la gama va a ser revisada y analizada de principio a fin. Los alemanes quieren hacer retornar la inversión y, para regresar a la senda positiva, adoptarán decisiones muy drásticas que afectarán a la estructura general establecida hasta ahora.
Los alemanes suelen hacer gala de un excesivo conservadurismo, pero, para sorpresa de muchos, esta vez han pecado de optimistas. El Grupo Volkswagen espera que el 20% de sus ventas globales sean eléctricas en 2025 y ahora mismo están muy lejos del objetivo. Volkswagen es la marca principal, la joya de la corona y la única que actualmente ya ofrece hasta siete coches eléctricos diferentes: ID.3, ID.4, ID.5, ID.Buzz e ID.6, este último es exclusivo para China, y otras dos variantes de carrocería: ID.4 GTX e ID.5 GTX. Se podría sumar uno más, el Volkswagen ID.7, pero todavía no ha arrancado su etapa de comercialización.
Todo esto quiere decir que el Grupo necesita que Volkswagen venda más eléctricos si realmente quiere alcanzar el objetivo. Todas las inversiones van centradas en ese rumbo. Hasta 180.000 millones de euros de gasto previsto hasta 2027, de los que más de 15.000 millones se destinarán a construir una extensa red de fábricas de baterías. Es mucho dinero invertido en un objetivo y a día de hoy la repercusión no es del agrado de nadie. Los resultados del año pasado fueron, sin paliativos, malos. A pesar de que Volkswagen cerró con un beneficio operativo de 2.600 millones, el rendimiento por unidad vendida fue del 3,6%, casi tres puntos menos de lo esperado. En el primer trimestre de este año la cifra ha bajado al 3%.
Los precios de Volkswagen continúan creciendo y creciendo sin atisbos deun frenazo. Thomas Schäefer, su CEO, ya ha dejado bien claro que su compañía no es una ONG y que están aquí para ganar dinero. Algo completamente lógico. Sin embargo, la preocupación va en aumento ante el descuadre de las cifras. Por esa razón, toda la gama va a ser revisada para determinar qué sobra. Volkswagen está creando una Oficina de Gestión de Proyectos que tiene como objetivo optimizar los recursos de la marca. Los alemanes se centrarán en una pequeña cantidad de modelos, aquellos que funcionen, y se desharán de todos los coches cuyas ventas sean residuales, como el Volkswagen Arteon, por ejemplo.
Los coches eléctricos no se sumarán a esa importante revisión, pues son ellos los que tirarán del carro los próximos años, aunque también sufrirán cambios. Volkswagen modificará la gama para adaptarla más a los cánones habituales de nomenclatura. Llegará un momento en el que el Golf actual desaparezca del mercado y tendrá que ser sustituido por una generación 100% eléctrica. Será entonces cuando empecemos a conocer modelos como el ID.Golf, ID.Tiguan o ID.Polo, entre otros. Como es lógico, Volkswagen no quiere desprenderse de esos nombres que le han dado fama internacional.
España jugará un papel fundamental en esta nueva estrategia. En Alemania quieren reorganizar la producción y aprovechar sinergias con sus otras compañías hermanas. Nuestro país contará no sólo con la gran fábrica de baterías de Sagunto, también se producirá en España el Volkswagen eléctrico de 25.000 euros, el ansiado coche eléctrico que democratizará la movilidad eléctrica. Todo el plan será presentado en los próximos días. La junta se reunirá la próxima semana para debatir la estrategia y ver de qué manera se recuperan los objetivos inicialmente fijados para los próximos años.