Volvo, como tantas otras firmas de coches, está presente en el Salón del Automóvil de Los Ángeles. Allí ha mostrado un nuevo modelo conceptual que, según afirman, únicamente representa un estudio de diseño que adelanta las futuras líneas maestras de sus próximos modelos que llegarán al mercado. El Volvo Concept Recharge muestra unas características completamente nuevas para los suecos y ofrece detalles concretos sobre su estrategia de producto una vez cruce la marcada línea del año 2030, cuando esperan tener una gama completamente eléctrica.
Durante su puesta de largo, el director de diseño estratégico de Volvo, Owen Ready, ha apuntado hacia donde se dirige la mirada de los futuros eléctricos de la firma sueca. Y es que en su filosofía se considera clave el factor autonomía, dentro del sector de los coches eléctricos, algo que no quieren solucionar por la vía fácil: incorporar mayores baterías. Esta solución aportaría un mayor peso al vehículo, lo que restaría en dinámica, y aumentaría la huella de carbono. En lugar de esto, su solución pasa por aumentar la eficiencia del coche, en general, logrando así una mejora en la autonomía.
El frontal muestra un nuevo diseño, aunque con un marcado carácter Volvo.
Este enfoque de cómo ganar kilómetros de autonomía se centra en la aerodinámica del propio vehículo. El Volvo Concept Recharge incorpora algunos detalles de diseño exterior que suavizan notablemente las líneas del coche, y por ende, mejora el flujo de aire. Entre estos detalles se encuentran: un nuevo diseño de ruedas, un techo más bajo y aerodinámico, así como una parte trasera más elevada. Estos detalles denotan directamente en una línea aerodinámica más liviana y, directamente, en un aumento en el rango de autonomía.
Pero además de estos puntos tan importantes del Volvo Concept Recharge, sus neumáticos están fabricados casi completamente libres de materiales fósiles (94%), por lo que su construcción se ha llevado a cabo con productos reciclados y otros renovables, como el caucho natural, biosílice, rayón y biorresina. De esta forma se consigue una huella medioambiental mínima.
Entrando en los apartados de diseño exterior, ciertamente no presenta unos cambios radicales conforme a lo que ya conocemos hoy día en la marca sueca. En el frontal acoge unas formas completamente carenadas, de cara a mejorar su aerodinámica, un logotipo de la marca retroiluminado y unos faros con la ya característica firma lumínica "Martillo de Thor". Mientras que en la trasera, los finos y estilizados faros dan continuidad a un punto de inicio sobre el pilar C, mientras que la luneta muestra unas dimensiones muy contenidas. Todo el conjunto goza de una zona inferior terminada en plástico negro, dando así una visión mucho más campera, que juega mano a mano con una pequeña elevación de la carrocería. Sus puertas laterales de apertura inversa, dan acceso a un interior muy tecnológico y ecofriendly.
El habitáculo se muestra como un salón rodante.
En el habitáculo se remarcan las intenciones sostenibles de este modelo conceptual, ya que abunda el uso de materiales sostenibles, tanto naturales como reciclados, como la "lana sueca de origen responsable" o los textiles ecológicos y compuestos ligeros creados a partir de fuentes naturales. Una manera de prescindir del uso general del plástico ha sido decantarse por la utilización del lino.
En materia de diseño, en el habitáculo se ha decantado por transmitir una sensación de auténtico salón rodante donde sus ocupantes dispongan de un espacio confortable y con altas dosis de entretenimiento, siempre de la mano de materiales muy cuidados en todos sus apéndices. Sus colores han sido seleccionados concretamente para presentar una "elegancia atemporal del diseño escandinavo premium", según palabras de la jefa de diseño de interiores, Lisa Reeves.
Todos estos pasos llevan a Volvo a presentar un modelo que es capaz de reducir el impacto del CO2 en el ciclo de vida del automóvil en un 80% en comparación con un Volvo XC60 actual, combinándolo con el uso de la energía limpia a lo largo de toda la cadena de suministro, el proceso de fabricación, así como la propia fase del uso del coche en la vida real.