No hace mucho tiempo, el mercado celebraba la llegada de un nuevo motor diésel que prometía mínimos consumos y poder recorrer largas distancias sin tener que repostar. Sin embargo, los tiempos cambian y la electrificación no es algo del futuro, sino del presente. Volvo escenifica mejor que nadie ese cambio de enfoque y mentalidad. Su estrategia eléctrica va tomando forma con los últimos lanzamientos, pero también es necesario desprenderse del pasado poco a poco. Ahora, la marca sueca ha lanzado un importante anuncio en este sentido diciendo adiós a los motores diésel a partir del próximo año.
Parece una obviedad, pero todavía vemos cómo muchas marcas apuestan por mecánicas tradicionales para modelos nuevos, el último caso es el del Volkswagen Tiguan. Las estrategias divididas suponen un tremendo esfuerzo económico para las marcas a la hora de desarrollar un coche. Cumplir con los requisitos de electrificación y a la vez ofrecer motores térmicos complica un planteamiento y encarece el producto. La estrategia de Volvo se centra en un solo rumbo, lo que simplifica todo el proceso y también reduce el precio final de un producto enfocado en una única dirección.
Eso no quiere decir que Volvo vaya a deshacerse de todos los motores térmicos de la gama actual. Sólo los diésel desaparecerán de la oferta a partir del año que viene. Poco a poco, los nuevos lanzamientos y las actuales renovaciones rechazarán la combustión para abrazar exclusivamente la electrificación. El objetivo de los suecos es volverse un fabricante 100% eléctrico en 2030 y en 2040 ser una marca completamente neutral en emisiones. Ya el año pasado anunciaron que dejarían de desarrollar los motores de gasolina actuales. La oferta presente se mantendrá durante unos años, pero siempre hablaremos de mecánicas obsoletas.
"Los sistemas de propulsión eléctricos son nuestro futuro y son superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibración, menos costes de mantenimiento para nuestros clientes y cero emisiones del tubo de escape", afirma Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo Cars. "Estamos totalmente centrados en crear una amplia cartera de vehículos prémium totalmente eléctricos que cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo y sean una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático".
Asegura la marca que el EX30 ofrece todo lo que se espera de un Volvo, pero en un formato más pequeño. Y quizá no les falte razón, pues tiene una abundante dotación tecnológica, presume de ser un coche muy seguro y, además, sus prestaciones están a una gran altura: este pequeño es el Volvo más rápido de la historia en hacer el 0-100 km/h. El EX30 mide 4,23 metros de largo, que son aproximadamente 20 cm menos que el XC40 Recharge. Se trata de un SUV eléctrico pequeño cuya longitud lo sitúa justo entre un Renault Megane E-Tech eléctrico (4,20 m) y un Volkswagen ID.3 (4,26 m).