El fabricante de vehículos Volvo podría tener una estrategia encauzada para su marca de lujo Polestar. Según el CEO de la compañía sueca, Hakan Samuelsson, en declaraciones recogidas por la revista Capital alemana, la dirección está estudiando la posibilidad de sacar a Bolsa a Polestar para recurrir a inversores que puedan subsanar el desarrollo de coches eléctricos, el punto clave sobre el que gira la estrategia de ambas marcas para los próximos años.
"No hay planes ni una cronología, solo es un debate sobre una posibilidad futura", afirmó recientemente un portavoz de Volvo, que especificó Samuelsson ya ha estudiado los "beneficios" que podrían generarse gracias a la inversión externa. Polestar quiere reducir principalmente la fabricación del tren motriz eléctrico de sus futuros vehículos, una de las piezas más caras para su desarrollo.
La maniobra de Volvo con Polestar respondería a la tónica general que se ha adueñado de la industria, en la que los fabricantes están necesitando cada vez más alianzas para abaratar el proceso de producción de los coches eléctricos. En este sentido, Volvo calcula que una salida a Bolsa de Polestar tendría una valoración estimada de 20.000 millones de dólares, que incluso fue de 30.000 millones el pasado septiembre en medio de la escala de tensión por las políticas arancelarias de China.
Samuelsson también explicó que la compañía tenía "otras alternativas" para recaudar fondos. Su empresa matriz, el fabricante chino Geely, tiene una participación del 50% en Polestar después de alcanzar un acuerdo en octubre de 2017 por unos 700 millones de dólares. Un portavoz aseguró que la compañía está "centrada" en desarrollar el Polestar 1 y en preparar el lanzamiento del Polestar 2, los primeros modelos completamente eléctricos de la marca que comenzarán a llegar en a finales de este año.