La multinacional alemana Robert Bosch lanzará un nuevo servicio de uso compartido de furgonetas eléctricas (vansharing) en Alemania este mismo año, ampliando su espectro de negocio al campo de los servicios de alquiler de vehículos de pago por minuto y convirtiéndose en un rival directo con algunos de sus principales clientes, algunos fabricantes de automóviles.
El proveedor alemán ha confirmado que se unirá a Toom, una cadena de ferreterías subsidiara de Rewe, un grupo que posee una red de centros de venta independientes que van desde comercios de alimentación hasta agencias de viajes, para suministrar camionetas de reparto eléctricas en sus tiendas y permitir a los clientes alquilarlas para transportar sus compras hasta donde deseen. En principio, la fase de pruebas de este servicio de vansharing se llevará a cabo en las tiendas de Toom en Berlín, Fráncfort, Leipzig, Troisdorf y Friburgo.
Las furgonetas serán StreetScooter
Las furgonetas que conformarán la flota de este servicio serán proporcionadas por StreetScooter, la compañía de Deutsche Post líder en movilidad autónoma en Alemania. Bosch suministra varios componentes para el propulsor de las StreetScooter, que además está asociada con Ford para la producción de furgonetas grandes basadas en la Ford Transit. "Este negocio tiene un enorme potencial de crecimiento", asegura Rainer Kallenbach, presidente de la división de soluciones de movilidad conectada de Bosch, en un comunicado.
Ferretería Toom.
No es la primera incursión en este campo, sin embargo, ya que el consorcio alemán ya cuenta con Coup, un servicio de motosharing eléctrico que opera en París, Berlín y Madrid. Aliándose con Toom, Bosch puede arrancar un servicio más en una posición cómoda y de ventaja. Ikea anunció el mes pasado que quiere empezar a realizar las entregas a domicilio en furgonetas eléctricas en Europa, Estados Unidos y China, por lo que el gigante sueco podría convertirse en otro gran aliado de Bosch.
Un cambio de tendencia
Bosch siempre ha evitado competir contra los fabricantes de automóviles, algunos como Volkswagen o Ford son clientes, por miedo a perderlos. Sin embargo, mientras las compañías tecnológicas como Waymo o Alphabet avanzan en la movilidad conectada y compartida, todos los actores en la industria reman para convertirse en la referencia en las nuevas formas de movilidad, ya que los expertos apuntan que serán muy importantes en un futuro.
Por si fuera poco, las multinacionales ven un enorme potencial de negocio a este tipo de servicios sobre todo a largo plazo, cuando los vehículos autónomos sean una realidad y tomen las calles, cuando se pueda explotar el negocio del viaje sin tener que pagar a conductores que lleven a los clientes a donde deseen. En este sentido Bosch ya trabaja con Daimler para el desarrollo de coches autónomos.