No corren tiempos fáciles para la industria del automóvil, a pesar de que muchos fabricantes están consiguiendo beneficios récord. Cuando no faltan microchips, escasean los cables, suben los precios de las materias primas o se encarece la energía. A veces, incluso, la situación puede llegar al absurdo de no tener asientos para tus vehículos, como le ocurre a Rivian.
Los comienzos nunca son fáciles pero los de Rivian están siendo especialmente complicados. La startup estadounidense ha empezado a fabricar y vender coches en un momento en el que todos los vientos parecen soplar en contra. Por si el encarecimiento de las baterías o la drástica caída de sus acciones en bolsa no fuesen suficiente, ahora la compañía ha presentado una demanda contra el proveedor de los asientos de su furgoneta eléctrica, la Rivian RDV.
Según The Wall Street Journal, Rivian ha presentado una demanda contra la empresa Commercial Vehicle Group alegando que esta última ha incumplido el contrato que tenían las dos empresas al encarecer notablemente los productos -en este caso, los asientos de la furgoneta- respecto a lo que habían acordado al firmar el contrato.
La versión del proveedor es diferente. Según Commercial Vehicle Group, aumentó sus precios de venta porque Rivian cambió el diseño de los asientos después de firmar el contrato. De ser cierta esta versión, tendría justificación lógica el hecho de subir los precios inicialmente acordados. Además, según el proveedor, no había ninguna cláusula que le obligara a entregar los nuevos asientos al mismo precio.
Al parecer, Rivian ha confirmado a la prensa que el proveedor de asientos ha seguido entregando los productos, de lo cual se deduce que Rivian ha pagado el precio que pedía el fabricante de dichos asientos. Que Rivian haya interpuesto una demanda significa, por un lado, que un intento de acuerdo amistoso para reducir el precio no llegó a buen puerto; y que la compañía no tiene un plan B para conseguir esos asientos, no tiene otro proveedor. Rivian parece tener un solo proveedor para los asientos de sus furgonetas, una estrategia que le está saliendo cara. Un error quizá poco habitual en la industria del automóvil, donde los fabricantes de vehículos suelen tener más de un proveedor para ciertos componentes.
De momento, las furgonetas de reparto de Amazon siguen recibiendo sus asientos pero la situación es cuando menos incierta. Lo que sí es claro es que podría desencadenar un retraso en las entregas de la furgoneta, de la cual Amazon compró 100.000 unidades. A finales de este año se empezarán a montar baterías LFP en estas furgonetas, más baratas y sin necesidad de emplear cobalto, y que más tarde -a finales de 2023- llegarán también a las versiones de acceso de los Rivian R1T y R1S.