La empresa de paquetería UPS y el fabricante Workhorse Group han llegado a un acuerdo para desarrollar una furgoneta totalmente eléctrica con una autonomía de 160 km, cuyas primeras 50 unidades serán entregadas este año. UPS quiere reemplazar alrededor de 35.000 vehículos de reparto que funcionan con gasolina o diésel, impulsados por las regulaciones ambientales de los gobiernos.
Hasta hace poco, los gastos de UPS para cargar sus vehículos eléctricos eran bastante más elevados de lo que son hoy en día. Sin embargo, la empresa estadounidense ha logrado reducir los costes en gran manera gracias a un software de "carga inteligente" que está siendo probado en Londres, y que le ha permitido a la empresa casi triplicar su flota eléctrica local a 170 furgonetas.
La tecnología de carga inteligente determina cuándo y con qué velocidad cargar los vehículos. Si las furgonetas no están programadas para una ruta completa al día siguiente, el sistema puede optar por no cargarlas completamente y abastecer otros vehículos. Sin el software, UPS habría tenido que crear una enorme infraestructura para cargar todos los vehículos al mismo tiempo, el equivalente a alimentar un edificio de oficinas o un hospital, lo que representaría un coste millonario en electricidad para la compañía.
Si las pruebas en Londres tienen éxito, UPS se verá motivada a seguir ampliando su flota de furgonetas en todo el mundo. Este modelo podría ser usado por compañías más pequeñas que no pueden permitirse un enorme gasto en infraestructura. "Si esta solución no existiera, costaría demasiado dinero a las pequeñas empresas cargar sus vehículos", dijo Christos Keramisanos, consultor de UK Power Networks Services, a cargo del proyecto de UPS en Londres.
Por otro lado, el servicio de entrega Hermes planea desplegar 1.500 furgonetas eléctricas Mercedes-Benz, y está trabajando con Daimler para diseñar sistemas de recarga que no requieran nuevos transformadores ni grandes cantidades de estaciones de carga individuales, dijo Benjamin Kaehler, jefe del departamento de furgonetas de Mercedes-Benz. La compañía alemana ha determinado que si se regulan los costes de carga, una furgoneta eléctrica tiene el mismo coste total de propiedad que una furgoneta de combustión interna.
Crear fábricas de baterías y las infraestructuras de carga podría requerir una inversión de 2.7 trillones de dólares (2.2 trillones de euros) para los fabricantes y gobiernos de todo el mundo, indica la firma de asesoría A.T. Kearney. Su estimación se basa en la suposición de que el 64% de la flota mundial de vehículos será electrificada para 2040.