Fresco Motors es, por ahora, la única empresa noruega que se ha atrevido a tratar adentrarse en el mercado de los coches eléctricos en un país donde todos los fabricantes, tradicionales o nuevos, quieren estar. Con el objetivo puesto en aquellos clientes que prefieren comprar productos noruegos, la startup ha presentado el Fresco XL, un coche eléctrico de diseño indefinible a caballo entre un monovolumen de gran tamaño y un crossover en el que pueden viajar hasta ocho personas. Todavía como un concepto renderizado por ordenador, no un vehículo real, ya es posible realizar un pedido anticipando 1.000 euros, que se descontarán de los 100.000 que costará adquirirlo cuando llegue al mercado (si llega).
En 2019, Fresco Motors se presentaba en público como una especie de Tesla noruego, con un primer coche eléctrico, el Fresco Reverie. Espen Kvalvik, su CEO, explicó en su día el origen del nombre de la compañía que era un homenaje al ingeniero estadounidense Jacque Fresco. “Además, también tomamos en consideración el significado de la palabra fresco (curiosamente en español) en su sentido de algo nuevo, fantástico o de ensueño”. Pero a partir de ahí nada más se supo de este nuevo fabricante hasta hoy. Unos pocos miles de pedidos y un proyecto que aspiraba a arranar la producción en 2021 y que fue abandonado.
Fresco XL.
La nueva propuesta de Fresco Motors es muy diferente a la anterior. Al contrario de hace dos años, cuando intentaba atraer las miradas gracias a un parecido razonable con Tesla, las imágenes y el vídeo del XL muestran un coche eléctrico que nada tiene que ver con ninguno de los que están a la venta en el mercado. Su aspecto de monovolumen elevado con aptitudes crossover y un diseño minimalista de paneles de carrocería planos destacan por su sencillez y porque funcionan muy bien a primera vista. El conjunto se ve proporcionado en volúmenes y distancias y estudiado para ser muy aerodinámico, un aspecto que se refleja en unos pasos de rueda muy ajustados a la cubierta para evitar toda clase de perturbaciones en ellas.
Aunque no lo muestra en las imágenes, Fresco asegura que en su interior se podrán acomodar hasta ocho personas aunque, por lo que parece, también será posible plegar todos los asientos y utilizar el espacio para poder dormir dentro. De todas formas es muy probable que lo que hay ene l habitáculo del XL no esté todavía diseñado, puesto que la empresa se encuentra en una primera tentativa para atraer futuros clientes y con ellos a los inversores. A Fresco Motors le queda todavía un buen trecho por recorrer para que el XL se convierta en realidad.
Fresco XL.
Otra característica que destaca la empresa noruega es su autonomía. Asegura que podrá recorrer hasta 1.000 kilómetros con cada carga de una batería de la que no se ha mencionado la capacidad. Las celdas de batería que la forman estarán apiladas en dos alturas para maximizar su energía. Fresco incluirá un sistema V2L para que el vehículo pueda alimentar otros aparatos eléctricos a través de ella. La parte mecánica está compuesta por cuatro motores eléctricos, uno para cada rueda. Todo su diseño eléctrico estará probado para soportar las duras condiciones climatológicas de su país de nacimiento, Noruega.
Aunque prácticamente todo el coche está por definir, Fresco espera lograr ya las primeras reservas, sobre todo de los entusiastas de la tecnología y la innovación que se hayan visto atraídos que con esta primera muestra de lo que puede llegar a ser el XL. Por lo tanto el libro de pedidos se ha abierto ya a través de su página web y es necesario realizar un primer desembolso de 1.000 euros para ser uno de los primeros en recibir una unidad del XL, cuyo precio final será de 100.000 euros.
El segundo coche eléctrico de Fresco parece un esfuerzo más creíble y sobre todo más original que el Reverie, demasiado “inspirado” en el Tesla Model S. Por ahora es solo un compendio de buenas intenciones por parte de una empresa que según Linkedin solo tiene tres empleados. El XL es por ahora un coche demasiado virtual, sin características técnicas definidas, sin un croquis de su arquitectura eléctrica, sin un plano industrial y sin detalles de su equipamiento. La empresa debe anunciar cuándo, dónde y cómo lo producirá y también lograr el apoyo de algunos socios creíbles que le ayuden con la parte mecánica.