La industria del automóvil se encuentra en pleno punto de inflexión hacia el coche eléctrico, y con ello, se abre la puerta a cientos de marcas que ven la oportunidad de incorporarse a un mercado que suele estar dominado siempre por las mismas empresas. Incluso los gobiernos saben de ello, y surgen marcas como Izera de la propia Polonia o proyectos como el Zetta, un coche eléctrico cien por cien ruso.
Si bien es cierto que el Izera utilizaría una plataforma ajena a la marca y baterías de fabricación polaca pero de origen coreano, el Zetta es un proyecto 'Made in Rusia'. De hecho, el proyecto está a la espera que desde el gobierno den un último empujón en forma de cien mil millones de rublos al Zetta, que al cambio actual supone unos 1.153 millones de euros.
Es cierto que algunas empresas rusas han coqueteado antes con la idea de fabricar un coche eléctrico, como el Kalashnikov CV-1, del que no hemos vuelto a saber nada más desde que fuera presentado en un salón de armamento cerca de Moscú.
Anuncia el ministro de industrias de Rusia, Denis Manturov al medio TASS, que el Zetta estaría en su fase final de desarrollo, y si todo va según lo previsto esperan alcanzar la producción del urbano ruso antes de finales de año, aunque admiten que la pandemia originada por el COVID-19 ha afectado a los planes de desarrollo y lanzamiento del pequeño Zetta.
Vista fronto-lateral del Zetta.
Esperan, tal y como declara Denis Manturov y como se refleja desde el principio del proyecto del Zetta, que sea un coche que exporten al resto del mundo, no sólo bajo la premisa de exportar un coche eléctrico ruso al resto del mundo, sino que además lo haría con la etiqueta del ser el más barato del mundo, ya que esperan que el precio base parta desde unos asequibles 450.000 rublos, es decir, poco más de 5.000 euros, lo que cuesta una bicicleta eléctrica de gama alta.
No hay datos técnicos revelados oficialmente por Rusia, más allá de que sería capaz de alcanzar 120 kilómetros por hora, y dado el enfoque urbano, tampoco deberíamos esperar una autonomía desorbitada, por lo que si alcanzara 200 estaría cumpliendo de sobra con su cometido. Las cotas se cifran en 1,60 metros de alto, 1,27 de ancho y 3,03 de largo, por lo que estaríamos ante un coche muy corto y muy estrecho, pero la ingeniería rusa ha dado lugar a cuatro, casi hacinados, asientos en su comedido habitáculo.
De momento no se le ha dado un sobrenombre más allá del de la propia marca Zetta, no sabemos si lo adoptaría más adelante y lo sabríamos una vez se anuncie su entrada a producción.