Desde 2019, MotoE se ha convertido en la competición más apasionante del mundo de las dos ruedas eléctricas. No nos referimos a los patinetes o a las bicicletas, sino a la competición organizada por la Federación Internacional de Motociclismo y Enel. Hasta la fecha Energica había sido el encargado de proporcionar las monturas a los equipos y pilotos, aunque a partir de la edición de 2023 será Ducati la encargada de ello. Esta es la primera vez que vemos a la futura reina de la velocidad eléctrica en su etapa de pruebas.
Bautizada internamente como proyecto V21L, la Ducati de MotoE tendrá que mejorar las condiciones particulares de la Enérgica EGO Corsa, la titular de la categoría. La empresa italiana será la encargada de desarrollar todo el proyecto, aportando el chasis, la mecánica y también las baterías. Luego serán los equipos y los pilotos los que pongan a punto bajo su consideración cada unidad, pudiendo ajustar diversos parámetros a título personal.
Ducati V21L eléctrica.
Ducati pretende mejorar muchos de los defectos de la EGO Corsa. El peso de las baterías y el rendimiento durante prolongados plazos de tiempo son los mayores retos del programa de desarrollo. La FIM quiere que las motos sean más ligeras, y que puedan mantener un ritmo de competición elevado durante más tiempo para así poder proporcionar un mayor espectáculo. No se trata de una tarea sencilla, aunque no hay que olvidar que Ducati se encuentra dentro del Grupo Volkswagen.
Gracias a ello los italianos tendrán acceso a un vasto conocimiento proporcionado por marcas como Audi, Volkswagen o Porsche. Como ya hemos dicho, el primer prototipo ya rueda sobre el asfalto. El piloto de pruebas y desarrollo de Ducati, Michele Pirro, en la escuadra desde 2013, ha sido el encargado de probarla en el complicado circuito de Misano. Por supuesto, las primeras pruebas siempre son cruciales, aunque todavía queda un largo recorrido para ver el producto acabado.
Ducati V21L eléctrica durante unas pruebas en circuito.
Por el momento la V21L tendrá que cumplir con un ajustado y estricto programa de pruebas. Las primeras impresiones han sido positivas. El propio Pirro ha destacado que la moto es ligera y que muestra un buen equilibrio. Está trabajando para que las sensaciones al manillar sean lo más parecidas posibles a las de una MotoGP, aunque durante esta primera prueba en circuito el sistema estaba configurado para entregar solo el 70% del rendimiento posible.
Obviamente, los datos técnicos no han sido desvelados, aunque se espera que la Ducati mejore las especificaciones de la actual EGO Corsa. La FIM y Dorna quieren que el campeonato se abra a más patrocinadores, equipos y pilotos. Si se mejora el espectáculo en la pista la competición atraerá a cada vez más seguidores e inversión. Todo ello depende de que la moto cumpla con las expectativas, y ese es el trabajo que tienen que hacer los italianos durante el próximo año.
