Marrs Cycles ha presentado lo que, con la electrificación, puede convertirse en el futuro de las motocicletas eléctricas: un prototipo basado en una plataforma común que cada propietario puede personalizar a su gusto. El potencial de la modularidad se vería así reforzado para ofrecer a cada comprador la posibilidad de elegir tanto la configuración mecánica, incluida la capacidad de la batería, como el diseño de los accesorios que quedan a la vista.
Esta empresa del sur de California es conocida por la fabricación de bicicletas eléctricas totalmente diferenciadoras y se enorgullece hacerlo completamente a mano. Kacy Marrs, su fundador, muestra las influencias que sobre su idea del diseño ha ejercido el BMX, el motocross y las Harleys. Descubrió un estilo diferenciador con la integración de componentes de las motocicletas, como los que se empleaban cuando era niño, en sus bicicletas eléctricas, para ofrecer una apariencia y un confort superior.
Las motocicletas eléctricas están permitiendo que nuevas empresas emergentes estén pudiendo competir de tú a tú con los fabricantes tradicionales, en un mercado que es nuevo para todos y que supone un cambio radical con la electrificación. Así ha llegado a convertirse en lo que es, por ejemplo, Zero Motorcycles, que ha adelantado a la propia Harley-Davidson que también busca resituarse en este nuevo mercado. Es este escenario, en el que la modularidad tiene mucho que decir, Kacy Mars propone un futuro diferenciador convirtiendo sus bicicletas eléctricas en motocicletas que muestra en un prototipo construido por él mismo.
"Durante los últimos años he estado creando el prototipo de una motocicleta eléctrica que está prácticamente concluido", asegura Marrs a la web RideApart. "Se trata de llevar el estilo Cruise de las playas californianas al diseño de las motocicletas eléctricas". De hecho su configuración se acerca más al estilo café raider con neumáticos tipo globo con mucho balón, que a una motocicleta moderna. Su asiento se sitúa a 74 centímetros del suelo (29 pulgadas) lo que significa que casi cualquier persona podría subirse a ella sin realizar un esfuerzo excesivo y podría acomodar los pies en el suelo cuando se encuentre detenida. Las ruedas son diferentes entre sí, ambas suministradas por Dunlop, que ha apoyado la creación de este prototipo, al igual que las empresas de soldadura Miller y Kicker Audio. La distancia que las separa es de 414 centímetros, unas dimensiones que le dan un aspecto vintage a la vez que incorpora algunas señas de identidad de las motocicletas clásicas, como es el caso de la suspensión en la que se apoya el basculante, que parece provenir de una Harley Springer.
En lugar de los pedales, cuenta con un motor eléctrico refrigerado por líquido capaz de desarrollar 35 kW de potencia, que está alimentado por una batería de litio de que funciona a 120 V y 300 A. El peso del prototipo es de aproximadamente 100 kilogramos, lo que la convierte en una motocicleta eléctrica que puede ser considerada ligera.
La modularidad y el diseño personalizado
Sobre esta base, Marrs propone que sea el comprador el que elija que motocicleta eléctrica quiere llevarse gracias al potencial que ofrece la modularidad. "Sería genial poder ofrecer un par de cuadros diferentes, con diferentes opciones para el frontal, kits de ruedas y motores diferentes, varias capacidades de batería,…" Sería el propio aficionado el que, en unos minutos, podría construir su propia motocicleta eléctrica personalizada en función de sus deseos y del precio que pueda pagar. Además, siempre existiría la opción de volver a la tienda y modificar la personalización cuando existan posibilidades nuevas e incluso actualizar la mecánica con nuevos componentes más avanzados.