Hace más de un año que pusimos a prueba a la Wellta Ártica, un scooter eléctrico que el que destaca, por encima de todo, por un muy cuidado diseño. Desde entonces, la Wellta Ártica ha sufrido una ligera puesta al día en la que el principal cambio se encuentra en su batería, pues pasa de la anterior batería con celdas Samsung a un módulo fabricado por ATL, y con ello revisa su entrega de potencia para resultar más eficiente.
El resto de componentes, incluido su motor eléctrico, siguen siendo los mismos que tomaban sitio en la anterior versión (excepto el cuadro de mandos), lo que significa que estamos ante un scooter equivalente a 125 que rinde 4,1 kW de potencia máxima, mientras que la potencia nominal se queda en 3,2 kW, lo que suponen 5,5 y 4,3 CV, respectivamente.
El precio también ha sufrido cambios, además de por la nueva batería, por las circunstancias del mercado. Si antes partía de 3.950 euros, ahora hace lo propio desde 4.190 euros, a los que se puede seguir descontando la ayuda estatal compuesta por el Plan Moves III y los 1.100 euros (mínimo) que el Estado devuelve con posterioridad a la compra. La Wellta Ártica, así como el resto de modelos de la marca, están disponibles en Amper Bikes en Málaga, punto de venta a través del que gestionamos la prueba.
¿En qué afecta la nueva batería a la Wellta Ártica?
Obviando el hecho de que la Wellta Ártica es un scooter eléctrico, y que ello en sí mismo representa el mayor componente de compra de una motocicleta de este tipo, la Ártica tiene en su diseño su principal arma.
Se trata de uno de los modelos de imagen más cuidada del panorama español, aunque ahora Arena ha entrado a competir con la Rena S, que es esencialmente el mismo modelo que la Ártica. No se puede negar que los diseñadores del modelo se han inspirado en las clásicas Vespas y Lambrettas para dar lugar a un modelo que pase por donde pase acapara miradas.
Más allá de ello, y de que sigue manteniendo las mismas buenas sensaciones en cuanto a calidad y tacto que anteriormente, es que la nueva batería de ATL trae consigo una disminución de la capacidad total de la batería, ya que pasa de los anteriores 2,88 kWh a 2,7 kWh. Una diferencia muy ligera, y que además en la práctica no se traduce a una menor autonomía, ya que la entrega de potencia ha cambiado, afectando de lleno a su autonomía.
Y es que la Ártica ya no es el scooter eléctrico rabioso que era antes. Ahora entrega sus 4 kW de potencia de manera sosegada, y aunque siempre limpia y saliendo con contundencia desde parado, no tiene nada que ver con la nerviosa moto eléctrica que probamos en 2020.
También ha visto recortada su velocidad máxima, ya que mientras con la versión anterior llegamos a ver los 90 kilómetros de velocidad máxima, en esta ocasión la velocidad está limitada a 85 kilómetros por hora, que si bien es cierto que es un recorte sustancial, la verdad es que no echamos en falta más punta en las pocas incursiones en vías rápidas que hemos hecho con la Ártica.
Con la entrega de potencia más calmada y el recorte en velocidad punta ha perdido soltura entre el tráfico, pero ha ganado en confort, ya que como apuntábamos por entonces, viajar a velocidad sostenida era muy complicado ya que entregaba la potencia a tirones. Ahora es un tranquilo scooter eléctrico que se comporta de manera acorde a su diseño, y que además mejora su autonomía con respecto a la anterior versión.
Autonomía de la Wellta Ártica con la nueva batería
En nuestra anterior prueba de autonomía, la Wellta Ártica logró recorrer 69 kilómetros con una carga completa, promediando un consumo a lo largo de la misma de 23,95 kilómetros por cada kWh de batería.
La nueva versión mejora sobremanera las anteriores cifras, tanto que se ha convertido en el scooter eléctrico que menos ha consumido nuestra prueba de autonomía de todos los que han pasado por nuestras manos, con una autonomía del 100 al 0 % de 82 kilómetros y un consumo de 30,37 kilómetros por cada kWh.
Sólo el Horwin EK3 se le acerca, que con 2,88 kWh de batería y una autonomía de 81,2 kilómetros arrojó un consumo de 28,19 kilómetros por kWh.
Además, y al contrario de otros modelos, la Ártica apenas mostró signos de fatiga una vez que el estado de la carga empezó a disminuir, ni siquiera cuando bajó del 10 %. Por ejemplo, en el Ecooter E5 Pro desde antes del 50 % ya empezábamos a notar la falta de tensión en el esquema eléctrico, algo que también ha sucedido con otros como el NIU MQi o la propia Super Soco CPX, con la que comparte batería y motor.
Esos 82 kilómetros son, incluso, mejorables si el piloto se lo plantea, ya que en las fases finales de la prueba, que como siempre tiene lugar en la ciudad de Málaga en ámbito urbano e interurbano, nos vimos rondando en muchas ocasiones a velocidades de entre 60 y 80 kilómetros por hora, que son mayores a lo realmente necesario en base a las circunstancias del tráfico.
Conclusión
Después de haber convivido durante algo más de una semana con la Ártica, podemos decir que para quienes busquen un scooter eléctrico de imagen distinguida para uso urbano, aquí tienen una de las mejores opciones.
Ahora, con su nueva batería, es incluso más recomendable que antes, y sólo rivales capaces de montar un doble módulo de batería, como la Horwin EK3 o la Ecooter E2 Max, tendrán una clara ventaja sobre el modelo de Wellta. De hecho, actualmente el modelo de Wellta tiene a la Arena Rena S como su mayor rival, que es, esencialmente, al misma moto eléctrica.
