ETH Zürich y el Instituto para la planificación y sistemas de transporte suizo han realizado un estudio para comparar la contaminación provocada por los nuevos sistemas de transporte público que se están generalizando en las ciudades y que emplean vehículos eléctricos unipersonales. Las conclusiones, que han sido avaladas por la comunidad científica, indican que tanto las bicicletas como los patinetes eléctricos de alquiler contaminan más que los medios de transporte colectivo a los que quieren sustituir.
El auge de la micromovilidad eléctrica, en la que se incluyen patinetes, bicicletas (y también scooters eléctricos), tanto en propiedad como en flotas de vehículos compartidos, tiene el potencial de alterar la industria. Facilita el transporte diario de las personas y en muchas ocasiones, es más rápido que el automóvil y proporciona mayor libertad para alcanzar su destino y evitar atascos. El mercado base de la micromovilidad compartida es de 300.000 millones 500.000 millones de dólares en 2030. Además, hasta ahora siempre se había afirmado que ayuda a limpiar y a hacer más respirable el aire de las ciudades.
Una persona que se desplaza en bicicleta contamina menos que lo hace en un medio de transporte cualquiera, a excepción de hacerlo a pie. El estudio realizado por ETH Zürich y el Instituto para la planificación y sistemas de transporte suizo ha analizado y evaluado durante tres meses los 65.000 desplazamientos de las 540 personas que se prestaron para ello en la ciudad suiza de Zúrich. En total, se valoraron ocho medios de transporte diferentes para obtener un resultado que englobase a todos.
La sorprendente conclusión (o quizás no tanto) que ha obtenido es que los transportes unipersonales eléctricos que se ponen en las ciudades al servicio de los ciudadanos, como son las bicicletas eléctricas y los patinetes, contaminan más en términos de emisiones totales, es decir, incluyendo su producción y retirada final, que los medios de transporte colectivo.
Lo cierto es que tanto las bicicletas eléctricas como los patinetes privados son un medio de transporte muy ecológico si se comparan con un coche privado. Sus especificaciones les permiten sustituirlos en la mayoría de los trayectos urbanos con los que se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera. Sin embargo, los de alquiler, están pensados y gestionados para que sustituyan en mayor medida al transporte público colectivo (y en algunas ocasiones a los desplazamientos a pie). Y es en este caso en el que el estudio obtiene estas conclusiones. Así, alguien que decide alquilar una bicicleta o un patinete eléctrico en lugar de subirse a un autobús o a un metro, está contaminando más el aire de su ciudad.
Así, al menos en el caso de Zúrich, las empresas de VMP están empeorando las emisiones en las ciudades, aunque este resultado puede tener múltiples interpretaciones y ha de ser cogido con pinzas.