El Tesla Model 3 con baterías de litio-ferrofosfato de CATL ya es una realidad. Tesla ya tiene permiso para producirlo en su Gigafactoría de Shanghái tras recibir la aprobación oficial de las autoridades chinas. El fabricante logra así reducir el precio del coche para el mercado chino, ya que la ausencia de cobalto entre los componentes del cátodo de estas baterías abarata significativamente su coste de producción. Aunque su densidad energética es inferior a las NCA o NCM que Tesla empleaba hasta ahora, el trabajo de desarrollo de CATL segura que su autonomía no se verá resentida.
Una de las causas que encarecen notablemente el precio de las baterías de los vehículos eléctricos es la incorporación de cobalto en su composición química. En la Gigafactoría de Nevada, Tesla y Panasonic producen celdas de batería con la tecnología NCA (níquel-cobalto-aluminio) que se empaquetan para los coches eléctricos que se venden en todos los mercados en los que opera a excepción de China. Allí, Tesla compra baterías NCM (níquel-cobalto-manganeso) a LG Chem. En ambos casos, la densidad energética que ofrecen es elevada, pero a cambio precisan de la utilización de cobalto, lo que encarece el producto final.
El equipo de desarrollo de baterías de Tesla, encabezado por el investigador canadiense Jeff Dahn, está trabajando por reducir este componente a la mínima expresión o incluso eliminarlo por completo. Sobre la batería que está desarrollando el equipo de Dahn se ha anunciado que será capaz de soportar 4.000 ciclos de carga y descarga y más de 1,6 millones de kilómetros de vida útil. Está basada en un cátodo NCM 811, que reduce al 10% el cobalto necesario y probablemente será presentada en público en el llamado "día de la batería de Tesla".
Línea de producción de baterías de CATL.
Mientras, Tesla ha firmado un contrato de suministro con la empresa china CATL para que le suministre baterías de litio-ferrofosfato (LFP- LiFePO4) y poder reducir el precio de sus coches eléctricos en China. Esta tecnología no se emplea habitualmente ya que su densidad energética es inferior y se ha limitado a algunos vehículos de gran tamaño, ya que su coste es significativamente inferior.
En mayo, Tesla realizó las gestiones pertinentes ante el Ministerio de Industria y Tecnología para solicitar la homologación del Model 3 con baterías LFP de CATL. Ahora, el coche ha superado los trámites y ha obtenido la aprobación para ser producido en la Gigafactoría de Shanghái y comercializado en China.
Tesla ha presentado la primera de las unidades de la nueva versión del Model 3 con baterías LFP, cuya principal diferencia "visible" por ahora es su mayor peso, 1.745 kilogramos frente a los 1.645 kilogramos del Model 3 que se fabrica en Estados Unidos. Respecto a la desventaja técnica que podría suponer el uso de esta tecnología, sobre todo la relacionada con su menor densidad energética, CATL ha empleado un nuevo método de ensamblaje llamado cell-to-pack (CTP). Se trata de una arquitectura de la batería que prescinde de los módulos en los que se subdividen estas, aprovechando mejor el espacio y aumentando el material activo, lo que compensa la autonomía perdida. Por lo demás, al utilizar una química derivada de la de los iones de litio, conserva la mayoría de sus propiedades y añade una mayor longevidad.
Según declaró el presidente de CATL Cheung Yu-chin el pasado 13 de mayo en una reunión con inversores, "la cooperación con Tesla no se limitará a China". Si las condiciones lo permiten, ambas compañías trabajarán conjuntamente siempre que sea posible, lo que abre la puerta a la introducción de las baterías LFP también en los Tesla fabricados en Estados Unidos y Europa.