Llevamos mucho tiempo hablando sobre el PERTE y la dirección que pretende tomar el Gobierno de España en favor de transformar al país en la central europea de la movilidad eléctrica. Este plan, además de apostar por fomentar la adquisición de vehículos eléctricos, tiene como prioridad impulsar la construcción de fábricas de vehículos, baterías y otros componentes esenciales asociados al vehículo eléctrico, así como apoyar la investigación, el desarrollo y la innovación. En la planta de SEAT Componentes, ubicada en El Prat de Llobregat, se habrían quedado a las puertas de lograr hacerse con la fabricación de motores del Grupo Volkswagen, una labor que finalmente irá a parar a la factoría de Audi en Györ (Hungría).
Esta información, aún por confirmar de forma oficial, ha sido publicada a través del medio La Tribuna de Automoción gracias a fuentes cercanas. Ya hablamos sobre la posibilidad de que en las plantas de Martorell y Landaben se diese lugar la fabricación de los pequeños eléctricos del grupo a partir del año 2025. De forma paralela, la planta de SEAT Componentes, donde son especialistas en la fabricación de cajas de cambios, inició los trámites necesarios para acoger bajo su techo la fabricación de los próximos motores eléctricos del mismo grupo.
Según parece, esta ubicación habría competido por hacerse con dicha labor contra la planta polaca sobre la que actualmente se producen bloques de combustión diésel, la cual también habría sido descartada. En la pugna, el Grupo Volkswagen habría introducido también a un nuevo jugador, la planta de Audi en Györ, la cual se encarga de ensamblar vehículos y fabricar motores. Finalmente, parece que esta última habría sido la ganadora, ya que desde el año 2018 fabrica motores eléctricos de 140 kW y estaría lista para liderar la producción de bloques de próxima generación.
Esta, además de por la propia experiencia a la hora de fabricar motores, también habría ganado muchos enteros tras la exposición de una oferta de industrialización completa más competitiva, por lo que la decisión final se habría visto a su favor por el hecho de concentrar varias fases del proceso productivo en una misma zona y no tener que trasladar hasta España toda esa actividad, meramente por ahorro de costes de transporte y logística.
Esta factoría acoge a día de hoy a un total de 1.000 trabajadores de forma directa, los cuales podrían ver comprometido su puesto una vez se imponga la mecánica eléctrica y no sea necesaria una planta completa especializada en cajas de cambios. Por este motivo, la firma española habría apostado por traer a esta planta la fabricación de dichos motores eléctricos como factor crucial que ayude a proteger y garantizar los puestos laborales en un más extenso periodo de tiempo.
Actualmente los principales sindicatos UGT y CCOO han trasladado su preocupación a Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo, en busca de garantizar el empleo en la planta catalana. En su comunicado conjunto expresaron que, en caso de confirmarse la elección húngara, esto «iría en contra de los objetivos marcados por el PERTE». Paralelamente se reclama la búsqueda de una alternativa industrial, tales como reciclaje de químicos, baterías u otros quehaceres de similar propósito.
Desde la directiva ya se estaría buscando alternativas en el área de fabricación como sistemas de frenos, asientos u otros componentes o repuestos. No obstante, estas nuevas aplicaciones no darían cobertura suficiente para garantizar el empleo de toda su plantilla. Durante la presentación de los resultados financieros de 2020, el CEO de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, ya señaló que aunque el objetivo primordial era mantener los niveles de empleo actuales, también especificó que los modelos eléctricos que llegarán en los próximos años precisarán de una menor carga de mano de obra humana, por lo que esta deberá reorganizarse llegado el momento.