Las emisiones contaminantes provocadas por el ser humano derivan, en una gran proporción, de la actividad del transporte, siendo las opciones marítimas dedicadas a la logística las que más contribuyen a ello. Por este motivo, es necesario capacitar a estos vehículos de una mayor eficiencia para mejorar su situación en el futuro. Una buena forma de conseguirlo puede ser la inclusión de una tecnología que ha sido creada tras observar el cuerpo del mamífero acuático más grande y pesado del mundo, la ballena.
Más concretamente, la clave de la última investigación realizada ha tenido como objetivo el análisis de las aletas caudales de las ballenas, las cuales pueden servir para reducir el consumo energético de estos animales durante los desplazamientos por el océano. Este elemento indispensable en estos animales basa su diferenciación en que puede servir como propulsión gracias al empuje de las olas. Este mismo efecto, llevado al transporte marítimo, puede tener un efecto parecido, haciendo posible un ahorro en combustible muy notable.
Copiar la figura de las ballenas para que los barcos reduzcan su consumo de combustible
Los buques portacontenedores están adaptando, aunque a un ritmo muy lento, mecánicas eléctricas y otras capaces de reducir su impacto en el medioambiente. Mediante esta nueva tecnología, podría profundizarse el ahorro energético. El funcionamiento de esta innovación sería muy sencillo, ya que tan solo habría que acoplar una serie de aletas en diversos puntos del casco con el objetivo de obtener el impulso necesario con la fuerza de las olas.

La tecnología denominada propulsión devoradora de olas (WDP por sus siglas en inglés) ha sido analizada por un equipo de científicos de la Universidad de Cranfield. Entre las conclusiones que han podido extraerse del estudio, llama particularmente la atención ver cómo las aletas caudales pueden tener un gran efecto en la aceleración de las embarcaciones. Este invento puede ahorrar miles de toneladas de emisiones contaminantes en el futuro si una buena parte de la industria naval mercante adoptarse esta solución en su flota.
Aun así, su puesta a disposición es una tarea muy complicada para aquellos buques cuya botadura ya ha sido efectuada. Este tipo de elementos no son fáciles de integrar en un casco, por lo que su estandarización podría esperarse, en todo caso, en los nuevos barcos que se encuentren aún en los astilleros. Se trata de una inversión adicional que se ve recompensada con una amortización en el medio plazo, por lo que muchas compañías estarían dispuestas a asumir ese coste extra.