El primer barco eléctrico con un innovador sistema de pila de combustible de hidrógeno ya está en fase de pruebas en el Reino Unido. Una tecnología denominada PCBFC, en la que encontramos la particularidad de ser de tipo placa de circuito impreso. Eso es lo que ha hecho posible su incorporación en una embarcación estrecha, que es la que prueban ya en Sheffield.
Lo más interesante de todo esto es el hecho de que han logrado crear un sistema que funciona a base de hidrógeno que, de completarse con éxito los tests, permitiría una fabricación más rápid en cualquier tamaño y, en todo caso, a un coste muy inferior al que tienen los montajes electroquímicos que se llevan a cabo actualmente.
Consigue caer diez veces por debajo de los precios actuales, de 1.000 dólares/kW a 100 dólares/kW, gracias al uso de materiales estandarizados, lo que denominan PCB, y a rutas de fabricación que ya existen, además de a herramientas digitales, lo que elimina el gasto en grandes inversiones.
Bramble Energy ha sido el encargado del diseño de la pila, en colaboración con el constructor de motores Barrus y dentro del proyecto HyTime, financiado con fondos del Estado británico. El objetivo no es otro que descarbonizar el transporte marítimo en la zona. Un sistema de propulsión como el que se propone podría ser la alternativa a los barcos con mecánica diésel, responsables de 12 toneladas de CO2 al año por cada embarcación.
De hecho, el Plan Marítimo Limpio ya tiene en marcha una estrategia para que los grandes buques empiecen a dejar atrás los combustibles fósiles y el hidrógeno es una alternativa lógica. Los problemas de contaminación a nivel global debidos al sector marítimo representan un 2,5% de los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera, con una estimación de 940 millones de toneladas de CO2 anuales.
Estos enormes buques no tienen tantos problemas de espacio y pueden albergar sistemas de propulsión de grandes dimensiones, pero la propuesta de pila de combustible de hidrógeno por placa de circuito impreso añade las posibilidad de escalarlo a multitud de tamaños, a menor coste de fabricación y, por supuesto, adaptándolo a pequeñas embarcaciones en las que el peso sí que se convierte en un hándicap.
De momento, lo que han conseguido en la embarcación de pruebas, de 17 metros de eslora, es cubrir cerca de 1.000 kilómetros por cada 14 kilos de hidrógeno, lo que supone una autonomía importante. Hay que añadir, no obstante, que tuvo ayuda de los paneles solares situados en el techo del barco y que alimentan a la batería de 22 kWh de capacidad. Los tests continuarán durante todo la temporada de 2024.
Tantas son las posibilidades de esta tecnología, que Bramble está trabajando con EDAG Group para hacerla llegar a otros vehículos eléctricos de menor tamaño, como pueden ser los coches o los vehículos comerciales ligeros. La idea es incorporar la batería y otros componentes eléctrónicos al chasis, lo que también se conoce como plataforma de skate o de monopatín, o incluso batería estructural.