A lo largo de la historia la competencia entre tecnologías ha marcado el rumbo de la historia. El CD se impuso al Láser Disc y el VHS hizo lo mismo con el vídeo Beta. Cada cierto tiempo las tecnologías se pelean entre sí para determinar cuál es el siguiente paso en la evolución. Ahora estamos viviendo una de esas batallas centrada en la movilidad. El coche eléctrico versus el resto de sistemas alternativos, como los combustibles sintéticos o el hidrógeno. La pelea está desnivelada hacia un lado, hacia lo eléctrico. El hidrógeno no es la alternativa que muchos esperaban que fuese. La quiebra de una importante empresa noruega pone el último clavo en su ataúd particular.
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo. Una supuesta fuente inagotable de energía limpia para la humanidad. El problema es que el hidrógeno nunca se encuentra sólo en la naturaleza por culpa de su elevada volatilidad. Siempre está asociado a otro elemento, como por ejemplo el oxígeno. Durante años, los mejores químicos, físicos e ingenieros del mundo han buscado formas de disociar el hidrógeno, aislarlo, mediante un procedimiento barato, limpio y rápido. Hasta la fecha no hay ninguno que cumpla con tales requisitos. Extraer hidrógeno es caro, lento y poco eficiente. Es por eso que no resulta viable para la industria.
TECO 2030 quería transformar las industrias paralelas al hidrógeno
No al menos para la de los coches, aunque varias marcas lo han intentado. Toyota es la que más. El Toyota Mirai es el claro ejemplo de que el hidrógeno puede servir como combustible, pero a lo largo de sus dos generaciones las matriculaciones no sólo no han despegado, sino que están cayendo cada vez más. La red de hidrogeneras se va comprimiendo aún más, y eso que ya era pequeña. A pesar de sus enormes capacidades el hidrógeno está perdiendo claramente la batalla con respecto a lo eléctrico. Ni siquiera está teniendo buena aceptación en sectores paralelos donde sí tiene todo el sentido del mundo; barcos, camiones, autobuses o incluso aviones.
La mayoría de los proyectos han cerrado sus puertas. El último, TECO 2030, acaba de declararse en concurso de acreedores. La compañía noruega ha estado peleando durante años para situar sus células de combustible como una solución energética limpia y eficiente. El objetivo era situar al hidrógeno como el principal combustible del planeta para finales de la década. No estamos ni en 2025 y la empresa está a punto de cerrar. No hay dinero para pagar a los proveedores ni al personal, tal y como especifica el comunicado oficial emitido el pasado día 10 de diciembre. Ante esta situación no ha quedado más remedio que activar el procedimiento de quiebra en Noruega.
Ya había indicios de que la empresa no se encontraba en una buena posición. TECO 2030 había anunciado una reorganización estratégica de su negocio en septiembre. La idea empresarial original de producir sus propios sistemas de pilas de combustible se abandonó en favor de la concesión de licencias de las tecnologías propias de la empresa. En lugar de invertir en una producción costosa, TECO 2030 quería concentrarse en el desarrollo y luego poner la tecnología a disposición de los clientes y socios de producción bajo licencia. La empresa vio en el modelo de licencias una oportunidad para aprovechar el potencial de crecimiento internacional.
En los últimos tiempos muchas son las empresas que están claudicando ante la excesiva competitividad que vive la industria. Muchos la consideran otra burbuja, como la de las tecnológicas a principios de siglo. Está claro que hay mucha más oferta que demanda, al menos ahora mismo. El mercado vive tiempos convulsos en los que nadie, ni siquiera las más grandes, están exentas de peligro. Ni siquiera China y sus grandes compañías tienen asegurada la continuidad. Varias son las empresas chinas que se han declarado en quiebra, algunas con proyectos realmente interesantes. El último caso más importante es el Northvolt. La gran esperanza europea de baterías se ha declarado en quiebra. Es bastante probable que en los próximos meses más compañías sigan el mismo procedimiento.