Los cascos y la ropa hinchable ya se empiezan a comercializar como sistemas de seguridad para bicicletas eléctricasLa bicicleta eléctrica ideal no existe. Porque no hay un formato que sirva para todo y porque, como ocurre en con los coches, la propulsión ya no lo es todo. Una máquina que combinara todas las tecnologías y funcionalidades que se pueden encontrar de forma dispersa en diferentes modelos del mercado, se parecería mucho a esa bicicleta eléctrica ideal. La movilidad eléctrica y urbana es un campo formidable para la innovación, tanto en términos de comodidad, como de seguridad y eficiencia en la gestión de los viajes y, por lo tanto, de la energía y el respeto por el medio ambiente.
A medida que los consumidores han ido exigiendo medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente, los fabricantes han desarrollado bicicletas eléctricas innovadoras que se adaptan a una amplia variedad de condiciones: para ir al trabajo, para el ocio del fin de semana e incluso para explorar nuevas zonas en viajes de placer más largos.
Las ciudades han convertido a las bicicletas eléctricas es un vehículo extremadamente popular, ya que son una alternativa rápida, práctica y con más virtudes que el coche. Por ello, los fabricantes han recurrido a las nuevas tecnologías para adaptar sus productos al entorno urbano. Pero, más allá, de muchas de ellas también están dirigidas a aquellos que prefieren aventurarse fuera de los carriles bici.
Hasta ahora todos los dispositivos electrónicos instalados en las bicicletas, a excepción de las lámparas de dinamo, debían ser alimentados con una fuente de energía propia, lo que suponía un compromiso en términos de diseño. Ahora, estos dispositivos, que por lo general tienen un consumo eléctrico muy modesto, pueden extraer su energía de la batería integrada en la bicicleta, lo que amplía las posibilidades de innovación.
Este es un pequeño repaso a las últimas novedades tecnológicas en el mundo de las bicicletas eléctricas relacionadas con la comodidad y la seguridad.
El frenado ABS
La mayoría de los accidentes que implican a las bicicletas eléctricas ocurren durante la fase de frenado, y alrededor del 40% de ellos se deben al bloqueo de la rueda delantera. Cuando se acciona el freno y esta se detiene, la bicicleta patina, vuelca o, lo que es peor, puede hacer que el ciclista se golpee la cabeza contra el manillar.
La empresa italiana BluBrake ha desarrollado una solución de frenado para hacer más seguras las bicicletas eléctricas, ofreciendo a los ciclistas una tecnología de seguridad similar a la de los coches y las motos. Un sensor en la rueda delantera mide la velocidad de la bicicleta y transmite esta información a la unidad principal de ABS, que es el cerebro del sistema.
La electrónica se encarga de controlar la velocidad y predecir los peligros. Si surge una situación peligrosa, un actuador se activa para regular la presión en el freno delantero para evitar que la rueda trasera se levante del suelo. Una pantalla situada en el manillar informa al ciclista sobre el estado del sistema. BluBrake colabora con otras marcas para implementar en sus bicicletas sus sistemas, pero no está solo en el mercado. Bosch, Shimano o SABS ofrecen sistemas antibloqueo que funcionan de manera similar.
La transmisión automática
Muchos fabricantes de bicicletas (eléctricas o no) han estado analizando los cambios de marchas y las relaciones de transmisión. Algunos, como VanMoof, han solucionado el problema con un sistema de asistencia inteligente que adapta la potencia de la asistencia a la configuración del terreno y a la exigencia del ciclista, acompañado de un sistema de cambio electrónico de cuatro velocidades. Otros fabricantes como Bosch o la francesa 02Feel, están trabajando en sistemas de transmisión automática con varias relaciones, similar a lo que se hace en el automóvil.
La empresa belga Classified Cycling acaba de desarrollar un sistema de cambio califican como revolucionario. El Powershift Hub es una tecnología de cambio inalámbrica que permite cambios instantáneos a plena carga. Su primera aplicación es el buje Powershift, que sustituye al desviador. El buje Powershift ofrece un amplio rango de marchas y pequeños pasos entre marchas. Además, el sistema está como kit para montar en cualquier bicicleta.
El fabricante japonés Shimano presentó hace unos meses una nueva versión de su cambio electrónico para mountain bike. El Shimano Deore XT Di2 es compatible únicamente con bicicletas eléctricas y debe emparejarse con las nuevas unidades de transmisión EP6 y EP8 del mismo fabricante. Disponible en dos variantes, 11 velocidades (LinkGlide) y 12 velocidades (Hyperglide+), XT Di2 incorpora importantes innovaciones en su funcionamiento con dos tecnologías revolucionarias: Free Shift, para cambiar sin pedalear y Auto Shift, para realizar los cambios de forma totalmente automática.
Suspensiones inteligentes
Al igual que algunos automóviles en los que la amortiguación puede ser controlada por un sistema inteligente que modifica su dureza, las bicicletas también pueden contar con un sistema similar para la horquilla delantera y para el amortiguador trasero. Es el caso de Brain, un sistema mecánico propuesto por Specialized que tiene en cuenta muchos parámetros, o MIND, de Mondraker , que está desarrollando un dispositivo mucho más sofisticado basado en sensores que recogen datos del terreno y, a través de un algoritmo insertado en una aplicación modifica automáticamente la configuración de la suspensión.
Estos dispositivos, que parecen reservados en un principio al ciclismo de montaña de competición, también podrían encontrar su lugar en las bicicletas eléctricas urbanas, adaptando la amortiguación a la configuración del terreno y la fuerza de pedaleo.
La pantalla de información
En la era de los datos, el posicionamiento GPS y la información sobre el estado físico, saber todo lo que sucede en cada viaje en bicicleta es esencial. Los ciclocomputadores que existen actualmente pueden ser sencillos desde sencillos ordenadores que muestran los datos y la configuración esencial a potentes sistemas de información. Estos ofrecen una gran cantidad de datos que representan tanto numérica como gráficamente mediante pantalla de grandes dimensiones y alta resolución.
Es el caso, por ejemplo, del Karoo 2 de Hammerhead, o la última versión del Bosch Kiox. Con el mismo espíritu, la gama Garmin Edge también ha sido desarrollada para esta tarea. Igualmente, existen fabricantes que implementan su propio panel de control integrado que se ejecuta en un sistema operativo doméstico.
Sensores y cámaras de seguridad
La seguridad del ciclista también está en la posibilidad de ser alertado a tiempo de los peligros circundantes. Muchas empresas están trabajando en sistemas de seguridad activos similares a los ADAS (sistema avanzado de asistencia al conductor) que ofrecen los vehículos de cuatro ruedas. Es el caso de Garmin con su radar Varia que permite ver en tiempo real en la pantalla Edge el tráfico que viene por detrás. También es Streetlogic, una startup que ha desarrollado una dashcam para bicicletas que detecta los peligros circundantes que utiliza cámaras para escanear el entorno.
Un algoritmo basado en una inteligencia artificial interpreta y recopila los datos para transmitirlos a la pantalla de un teléfono inteligente. Cuando detecta un peligro, particularmente en el caso de un automóvil que se acerca por detrás o se sitúa en los puntos ciegos, el sistema lanza inmediatamente una alerta sonora y visual al ciclista para prevenirlo.
El espejo retrovisor es una cámara
Poder observar el entorno sin tener que mover el cuerpo es la mejor garantía de seguridad. Por eso, la posibilidad mirar hacia atrás en cualquier momento, no solo cuando se va a realizar un giro permite anticiparse a muchos peligros. Un espejo retrovisor es un elemento que pocos fabricantes incluyen en las bicicletas eléctricas urbanas lo que compromete seriamente la seguridad de los ciclistas.
Afortunadamente, si no se quiere instalar un espejo tradicional que ocupa espacio y aumenta el ancho de la bicicleta, además de ser frágil y de que puede ser robado con facilidad, la tecnología llega al rescate. Una diminuta cámara debajo del sillín, o incluso integrada en la luz trasera y conectada sin cables a una pequeña pantalla extraíble fijada al manillar, pueden ser la solución. Se trata de un dispositivo sencillo de configurar, económico, que no aumenta la anchura de la moto, y que además ofrece una mejor visión general y panorámica de la parte trasera.
Como guinda del sistema, algunas de estas cámaras pueden grabar lo que ven y son muy útiles en caso de tener un accidente en el que interviene un seguro o hay una investigación.
El airbag y el casco hinchable
La innovación en el campo de las dos ruedas pasa también por mejorar la seguridad pasiva. Siguiendo el ejemplo de lo que ya emplea en las motos, los fabricantes de equipamiento ciclistas también empiezan a ofrecer sistemas de seguridad pasiva mediante elementos de protección hinchables destinados a absorber los golpes en caso de caída envolviendo las partes vitales con airbags.
Evoc comercializa el Commute Air Pro 18, un airbag en forma que protege el cuello, los hombros y el pecho. Se trata de un equipo que debería estar disponible en 2023, aunque no se trata de un sistema barato, ya que ronda los 800 euros a los que habrá que sumar otros 40 euros por cartucho de aire consumido.
Una cámara puede servir como espejo retrovisor en una bicicleta eléctrica.
Con el mismo espíritu, la empresa sueca Hövding ya ofrece desde hace varios años un casco inflable que se hincha en 0,1 segundos. Según sus creadores, el casco Hövding es el casco más seguro del mundo ya que protege hasta ocho veces mejor que los cascos de bicicleta tradicionales.