El nombre de esta bicicleta eléctrica, Biggie e-Bike, sugiere que se trata de una creación desarrollada para negociar los más duros escenarios montañosos. Sin embargo, Ruff Cycles hace referencia más a su robustez que a sus prestaciones, asegurando que será un compañero ideal para los ciclistas urbanos y para los que no quieran renunciar a la carretera. Su diseño de cuadro, tipo motocicleta Scrambler es lo que salta primero a la vista. El recubrimiento de dos capas de polvo asegura su durabilidad y el sistema eléctrico que se sitúa en él, suministrado por Bosch, también juega como el mejor reclamo para la venta.
Ruff Cycles lleva una década diseñando y fabricando sus propias bicicletas eléctricas. En un mercado casi enloquecido en el que todos quieren entrar, incluso aquellos cuyo producto nunca ha tenido nada que ver con las bicicletas, esta empresa alemana reivindica su lugar por experiencia y por historia. Bajo la premisa de la personalización, pone a disposición de sus clientes cuadros adaptados y recubiertos de polvo, una característica de la que presume y que asegura su durabilidad.
La Biggie e-Bike está dirigida sobre todo a ciclistas urbanos.
La nueva Biggie llama la atención a primera vista por el diseño de su cuadro que imita a las motocicletas Scrambler. Un marco grande, abierto en su zona central, prescindiendo de la barra vertical del sillín (y por tanto de regulación en altura) que en este caso es largo y está forrado en cuero. Las llantas de gran diámetro, de 24 o 26 pulgadas y 3 pulgadas de paso, la horquilla delantera sin amortiguación (de eso se encargan los neumáticos) y el manillar ancho favorecen esa sensación de geometría de motocicleta.
En lo que respecta al cuadro, la empresa presume de que cada uno de los que fabrica está hecho a mano, es de acero y está recubierto de polvo. En realidad de dos capas de polvo. La primera, blanca, es una imprimación que nivela los arañazos y las pequeñas abolladuras y sirve de base para una segunda que es la que le da el color que además puede elegirse dentro de una extensa lista de opciones. Una capa final brillante que garantiza su durabilidad a lo largo del tiempo. Opcionalmente, también se puede montar un portaequipajes, lo que hace a la Biggie una bicicleta más funcional, sobre todo en la ciudad.
Detalles de los componentes de la bicicleta eléctrica Ruff Cycles Biggie: batería, cambio y frenos de disco hidráulicos.
Lo segundo que es importante en esta bicicleta eléctrica son los componentes mecánicos, sobre todo el sistema eléctrico que le da vida. Ruff Cycles se ha decidido por el fabricante de motores eléctricos de posición central más importante del mercado, Bosch. A partir de su lanzamiento, en 2022, los clientes podrán elegir durante la configuración un Bosch Active Line (40 Nm de par) o un Performance Line CX, el más potente, con 85 Nm de par y que habitualmente se utiliza en bicicletas de montaña. En ambos casos la potencia es de 250 W y la velocidad máxima de asistencia de 25 km/h, de acuerdo con la normativa EPAC. La pantalla Purion, también de Bosch, situada en el manillar se encarga de mostrarle al ciclista toda la información de viaje y configuración que requiere.
Complementan a estos motores las baterías de la serie PowerPack, también de Bosch, disponibles en capacidades entre 300 y 500 Wh. Otro aspecto curioso de la Biggie es su ubicación bajo el asiento, lo que ayuda a despejar el cuadro y ofrece un acceso sencillo para extraerla y recargarla en cualquier enchufe doméstico. El conjunto de componentes se completa con unos frenos de disco con accionamiento hidráulico del que no se conoce el suministrador y un sistema de cambio Enviolo TR Hub.
El precio de venta base de esta bicicleta eléctrica, con la configuración más sencilla será de 3.399 euros y las entregas están prevista a partir de 2022, tal y como se pude leer en la página web de Ruff Cycles.