Uno de los aspectos que más preocupa de los coches eléctricos es su seguridad, especialmente la posibilidad de que sus baterías se incendien. Aunque es algo poco probable, se trata de una pieza clave de un modelo de cero emisiones y la prueba más dura del mundo para ellas es el ‘test del clavo’. Ahora BYD muestra cómo se enfrenta a él la Blade Battery.
Se trata de la batería que utilizan todos los coches que la marca china lanza en el mercado europeo, y que, gracias a la tecnología de fosfato de hierro y litio (LFP) que utiliza, puede soportar más de 3.000 ciclos de carga y descarga, lo que es el equivalente a poder recorrer más de 1,2 millones de kilómetros.
Es por eso que BYD decidió someterla al Nail Penetration Test. Esta prueba consiste en insertar un clavo de acero de gran longitud directamente en una celda de la batería, de manera completamente perpendicular. La idea detrás de esto es la se simular el daño severo que podría recibir una batería ante el impacto fruto de una colisión grave o al llevarse el golpe de un objeto punzante.
La importancia de este test radica en que permite observar cómo es la reacción térmica que se produce en la batería ante una perforación interna, algo clave, puesto que por norma general suele ocurrir una explosión o un incendio consecuencia de la fuga térmica.
Esto es, precisamente, lo que hace que sea tan complicado apagar el incendio de un coche eléctrico. Cuando una batería sufre daños severos, se produce lo que se conoce como embalamiento térmico (termal runaway): de manera incontrolada, cuando ocurre un fallo, la batería empieza a aumentar su temperatura de manera constante. Es por eso que cuesta tanto extinguir el fuego.
Los resultados de la Blade Battery en el Nail Penetration Test
Hace ya un tiempo, BYD compartió un vídeo comparando cómo rendía la Blade Battery en el test comparándola con una convencional de litio:
Es esta última la primera que es penetrada por el clavo, dando lugar a un resultado espectacular. En cuanto es pinchada, se hincha, empieza a expulsar componentes químicos y acto seguido se incendia.
En los apuntes del vídeo se puede ver que el voltaje de la batería se reduce a cero en tan solo tres segundos y que casi de manera instantánea alcanza una temperatura de 600 grados centígrados.
En comparación, la Blade Battery aguanta el clavo mucho mejor. Éste la atraviesa por completo, pero salvo por un ruido, no se produce ninguna reacción aparente.
Para que su temperatura baje hasta los 0,03 voltios tienen que pasar cinco minutos y durante todo el proceso la máxima temperatura que se llega a alcanzar es de 60 grados centígrados.
Según BYD, consigue estos resultados por dos motivos. El primero es la química LFP (litio-ferrofosfato) que utiliza. El segundo tiene que ver con su diseño estructural, que limita la propagación del calor y consigue una mayor estabilidad térmica. De hecho, esa forma de cuchilla de sus celdas (lo que le da nombre) hace que además sea hasta un 50% más compacta que otras baterías, lo que también ayuda en materia de habitabilidad.
Además, dicha configuración consigue que cada celda haga las veces de un travesaño estructural, algo útil para mejorar la seguridad en caso de choque y porque también aumenta la rigidez torsional del conjunto. A esto se añaden los paneles de aluminio en forma de panal, que refuerzan la estructura y están diseñados con una doble función, soportar fuerzas de impacto y disipar el calor de manera eficiente.

Las características de la Blade Battery
La firma china, además, rememora otras pruebas a las que se ha sometido a la batería. Ha llevado a cabo pruebas de sobrecarga en la que se le ha llevado hasta el 260% de su capacidad, se ha metido en hornos para sufrir temperaturas de más de 300 grados, se le ha sumergido en agua salda, especialmente dañina para las baterías; y ha recibido impactos de todo tipo, desde aplastamientos hasta lanzamientos desde gran altura.
La Blade Battery cuenta con una garantía oficial de 8 años o 200.000 kilómetros, lo que ocurra primero, y la compañía señala que su “durabilidad es clave para reducir el impacto ambiental del vehículo eléctrico, minimizando la necesidad de reemplazos y asegurando un rendimiento estable durante toda la vida útil del automóvil”.
Actualmente, dependiendo del modelo que la monte, ofrece autonomías de hasta 690 kilómetros en ciclo urbano. Otros puntos que la marca destaca son su resistencia a las temperaturas extremas, funcionando en un rango de -35 y 55°C; y el módulo de control de motor de carburo de silicio (MOSFET), con el que se reducen las pérdidas de energía hasta en un 87%, se mejora la eficiencia del sistema eléctrico y se logra un aumento de autonomía de 10%.