Continental Engineering Services (CES), el proveedor de servicios de desarrollo y producción de Continental, y la startup Volterio se han asociado para desarrollar un robot de carga inteligente para uso particular. El sistema consta de dos partes, una que se sitúa en el suelo y otra que se coloca en el vehículo. Un sistema automático e inteligente se encarga de realizar la conexión física entre ambos e iniciar la recarga que puede alcanzar hasta los 22 kW de potencia. Más adelante se desarrollará una variante que permitirá la carga en corriente continua en estaciones públicas a más de 50 kW.
Las dos empresas que ahora han decidido unir fuerzas ya habían estado trabajando de forma independiente en soluciones similares. Con este acuerdo de cooperación combinarán los avances logrados por cada uno de sus equipos lo que culminará en el desarrollo de una solución que pueda ser utilizada en la vida cotidiana de manera sencilla.
La solución de recarga que ofrece un sistema completamente automático consta de dos componentes, uno que se monta en la parte inferior del vehículo y otro en el piso de un garaje o un aparcamiento. Continental apenas ha ofrecido información sobre la unidad que se sitúa en el vehículo. El comunicado de prensa simplemente establece que la solución se monta como una "actualización", lo que significa que también se deberá poder adaptar a los vehículos eléctricos existentes.
El proveedor alemán sí aporta alguna información más sobre el proceso de carga y la unidad que se sitúa en el suelo. El sistema es sencillo y rápido de instalar. La unidad inferior se puede colocar embebida en el piso o atornillarse a él.
Robot de recarga automático de Continental y Volterio.
El proceso de recarga se inicia cuando el vehículo eléctrico se aparca sobre la base situada en el suelo. El robot se encarga de conectar ambos componentes a través de un sistema automático inteligente controlado por banda ultraancha, una tecnología de comunicación basada en radio para la transmisión de datos a corta distancia. No es necesario dejar el coche con una gran precisión para que el sistema pueda funcionar. El robot se encarga de corregir desviaciones de hasta 30 centímetros respecto a la posición ideal de estacionamiento.
La energía se suministra al vehículo a través de una conexión física, de la misma forma que se haría en las estaciones de recarga convencionales. El proceso es completamente automático y puede suministrar hasta 22 kW de potencia dependiendo de la instalación eléctrica a la que conecte y de la potencia que sea capaz de admitir el vehículo.
Más adelante se desarrollará una solución para la carga rápida que se pueda enterrar en el suelo de espacios públicos como aparcamientos, gasolineras o en instalaciones de empresas con una capacidad de carga de más de 50 kW en corriente continua. Paralelamente se estudiará una solución adaptada a las especiales condiciones de las flotas de vehículos eléctricos comerciales.
Según Continental, la producción en serie del sistema está prevista para 2024 y se realizará en Alemania.