La Unión Europea comenzó a evaluar posibles medidas arancelarias para los vehículos eléctricos provenientes de China tras detectar una "entrada masiva" de casi 200.000 unidades entre octubre de 2023 y enero de 2024. Tras el anuncio del incremento de los aranceles realizado hace unos meses, se ha generado una oleada de noticias y respuestas por ambas partes. El gobierno de Xi Jinping ha solicitado con insistencia a Bruselas que retire estos aranceles, mostrando su disposición a negociar para evitar un nuevo conflicto comercial, mientras que algunos fabricantes han presentado alegaciones para intentar reducir estas medidas.
La razón alegada por Europa es que los precios más bajos de los coches chinos respecto a los europeos se deben a la competencia desleal que suponen las grandes ayudas que reciben los fabricantes chinos por parte de su Gobierno. La consecuencia directa es que los fabricantes europeos se ven ‘favorecidos’, algo similar a lo que también ocurre con la Ley IRA de EE.UU, que premia la fabricación en su territorio. Ahora otro importante país se une a esta guerra comercial.
Se amplían los problemas de los fabricantes de coches eléctricos chinos
Canadá ha impuesto unos aranceles del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China e importados a su país, según ha anunciado el Ejecutivo. Este movimiento alinea al país norteamericano con EE.UU y la Unión Europea.
El Gobierno, encabezado por el primer ministro Justin Trudeau, ha comunicado que estos aranceles entrarán en vigor a partir del 1 de octubre de 2024, e incluirán tanto automóviles de pasajeros como camiones, autobuses y furgonetas de reparto eléctricos y también algunos híbridos.
"Este impuesto adicional se aplicará además del arancel de importación de nación más favorecida del 6,1% que se aplica actualmente a los vehículos eléctricos producidos en China e importados a Canadá", añade.
Canadá quiere proteger su industria de la automoción
Tras una reunión del gabinete en Halifax, Nueva Escocia, el Gobierno de Trudeau ha informado de que implementa estas medidas para proteger a la industria de automoción canadiense, que emplea a más de 125.000 personas, muchos de ellas sindicalizadas, al tiempo que ha indicado que su cadena de suministro de vehículos eléctricos "se encuentra entre las primeras en el mundo".
"Los trabajadores y el sector del automóvil canadienses se enfrentan actualmente a una competencia desleal por parte de los productores chinos, que se benefician de políticas y prácticas injustas y ajenas al mercado", escribe el Gobierno en su comunicado.
El Gobierno canadiense señala que la "política intencional y dirigida por el Estado de China de sobrecapacidad y la falta de normas laborales y ambientales rigurosas amenazan a los trabajadores y las empresas de la industria de vehículos eléctricos en todo el mundo" y "socavan la prosperidad económica a largo plazo de Canadá".
Además, el sector automovilístico de Canadá está altamente integrado con el Estados Unidos, ya que la gran mayoría de su producción de vehículos ligeros, que fue de 1,5 millones de unidades el año pasado, se exporta hacia su vecino del sur.
El país norteamericano se suma a su aliado, quien este año ha impuesto un arancel del 100% a las importaciones de vehículos eléctricos importados desde el gigante asiático. Asimismo, se suma a la Unión Europea, que también ha anunciado nuevos aranceles propuestos a los vehículos eléctricos provenientes de China, aunque a niveles más bajos que los que proponen Estados Unidos y ahora Canadá.
En el caso europeo, los productos fabricados por SAIC Motor enfrentan aranceles adicionales en la UE del 36,3%, mientras que Geely Automobile Holdings y BYD enfrentan aranceles del 19,3% y el 17%, respectivamente, según un proyecto de decisión publicado la semana pasada por la Comisión Europea. El fabricante estadounidense Tesla, por su parte, verá un arancel adicional del 9% para sus vehículos fabricados en China y traídos a Europa.
Más allá de los coches eléctricos, también protege la cadena de suministro
El Gobierno de Canadá anuncia que pondrá en marcha una segunda consulta de 30 días sobre la imposición de aranceles adicionales a otros sectores fundamentales "para la prosperidad futura de Canadá", como las baterías y sus componentes, los semiconductores, los productos solares y los minerales esenciales.
Asimismo, el Gobierno canadiense revela su intención de limitar la entrada en su programa de incentivos para Vehículos de Cero Emisiones (iZEV), los incentivos para Vehículos Medianos y Pesados de Cero Emisiones (Imhzev) y el Programa de Infraestructura para Vehículos de Cero Emisiones (ZEVIP) a los productos fabricados en países que han negociado acuerdos de libre comercio con Canadá.
"Nuestro Gobierno está avanzando con medidas decisivas para nivelar el campo de juego, proteger a los trabajadores canadienses e igualar las medidas tomadas por socios comerciales clave", ha afirmado la viceprimera ministra y ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland.