Audi mostrará en aproximadamente dos meses el primer diseño de un nuevo coche eléctrico de tamaño compacto, basado en la plataforma modular MEB del grupo Volkswagen, con un tamaño similar al A3. La intención del fabricante alemán es competir con modelos que ya están en el mercado como el Nissan Leaf o con los próximos lanzamientos como el Volkswagen I.D.
Su pertenencia al Grupo Volkswagen da acceso a Audi a una gama completa de plataformas sobre las que construir sus vehículos eléctricos. Así, el Audi e-tron utiliza una versión modificada de la plataforma MLB del Q7. El Audi e-tron GT, presentado hace unos días el Salón del Automóvil de Los Ángeles, utiliza la plataforma J1 desarrollada en colaboración con Porsche y que estrenará el Taycan.
El nuevo compacto eléctrico de Audi utilizará la plataforma eléctrica modular MEB, la misma que usarán los coches eléctricos de similar tamaño del resto de las marcas del grupo como Volkswagen con el I.D., Skoda con el Vision X o el primer coche eléctrico de Seat. Como resultado, se espera que la mayoría de los modelos sean de tracción delantera, para ayudar a mantener los costes bajos, aunque esto podría cambiar. La autonomía aproximada se acercará a los 600 kilómetros.
Audi e-tron y Audi e-tron Sportback. Fuente: Audi Press.
Este modelo forma parte de los 12 nuevos coches eléctricos que el fabricante lanzará al mercado hasta 2025. La noticia fue confirmada por Andreas Mindt, jefe de diseño exterior de Audi, a Autoexpress, durante el Salón del Automóvil de Los Ángeles. El diseño de los nuevos modelos eléctricos no destacará de forma especial que implementen esta tecnología de propulsión. Seguirán la línea del resto de la gama, ya que Audi quiere llegar tanto a los nuevos clientes potenciales que buscan un coche eléctrico, como a aquellos que "solo quieren un coche con buen aspecto y no están interesados en si se trata de un vehículo eléctrico o convencional", según Mindt.
El diseño de un coche eléctrico compacto es, en palabras de Mindt, "uno de los trabajos más difíciles para un diseñador". Según el directivo alemán, un superdeportivo bajo y ancho es fácil de diseñar no solo por la mayor cantidad de espacio disponible, sino porque su precio de venta, generalmente elevado, compensa la inversión tecnológica necesaria. Sin embargo, diseñar un coche pequeño que tenga buen aspecto, que esté destinado al mercado de masas y que debe ser barato de producir, "es una tarea mucho más complicada".