Dentro de la órbita del Grupo Volkswagen, Audi es la compañía más rezagada en la llegada del coche eléctrico. Con apenas un par de unidades en el mercado, los de Ingolstadt llevan años preparando la llegada de una nueva etapa. La electrificación llegará de forma acelerada a Audi, aunque no lo hará hasta el año que viene. Si bien en este 2023 conoceremos sus primeros pasos verdaderos, no será hasta el curso siguiente cuando estos aterricen en los concesionarios. Sin embargo, hay que mirar más allá para descubrir qué se traen los alemanes entre manos. Así opina su CEO, Markus Duesmann, sobre la situación actual y futura de la industria.
Lo primero y más evidente, es que se reconoce a China como un mercado muy importante, tanto para Audi como para todas las marcas en general. “China se está subiendo al tren de la sostenibilidad y nuestra ofensiva de modelos es la respuesta perfecta”, ha comentado el propio Duesmann. Esperan que en 2026, el mercado premium chino comercialice más unidades 100% eléctricas que térmicas. Una situación muy contraria a la que viven algunos territorios de la Unión Europea, como por ejemplo España.
A pesar de reconocer el enorme potencial de los rivales chinos, Audi lanza una advertencia: “Nos tomamos muy en serio a nuestros competidores chinos. Pero también tenemos la respuesta perfecta con diez nuevos modelos totalmente eléctricos, que lanzaremos al mercado en los próximos dos años”. Como ya hemos dicho, Audi pisará a fondo el acelerador a partir del año que viene y el Audi A6 e-tron con plataforma PPE será el primero de esa nueva estirpe de vehículos eléctricos de Ingolstadt cuya carrocería familiar Avant se producirá en exclusiva en China.
Audi lleva tiempo preparando el terreno en el lejano oriente. En el verano del año pasado comenzaron las obras de construcción de la primera planta de eléctricos para China. Una gran infraestructura que estará operativa a partir de finales de este mismo año. Con respecto a Europa, Duesmann reconoce que la situación no es la ideal. Pone como ejemplo a Estados Unidos y su ya famosa Ley de Reducción de la Inflación. El CEO muestra su deseo de una Europa con la misma claridad política que la americana, aunque reconoce que ha hecho bien en fijar objetivos ambiciosos para la electromovilidad ya que generan la presión necesaria para desarrollar nuevas tecnologías.
Con respecto a la prohibición de venta de vehículos térmicos a partir de 2035, no parece mostrarse muy preocupado al respecto. De hecho, vaticina que antes de esa fecha habrán eliminado sus propulsores de combustión de la gama. La fecha estimada es 2033, el mismo año que sus socios de Volkswagen. La decisión no ha sido sencilla pues conlleva grandes inversiones de adaptación de líneas, productos y cadenas de suministros. Por eso, Duesmann pide que la UE sea clara en sus políticas y que no complique la situación con excepciones a la norma.
Es ahí donde entran en juego los combustibles sintéticos. La Unión Europea los ha integrado dentro de su agenda de descarbonización del parque, pero en Audi creen que su rol tendrá un enfoque muy diferente. “Los combustibles ecológicos tienen un papel importante que desempeñar, sobre todo para conseguir que la flota actual de vehículos con motores de combustión interna sea neutra en carbono. Estos e-fuels son también la única tecnología de descarbonización que conocemos para el transporte aéreo y marítimo”. Audi, junto con Porsche, están invirtiendo mucho en el desarrollo de los combustibles alternativos como ya han demostrado con su planta de Chile.