Finalmente, la planta de Audi en Bruselas, donde fabricaba desde 2022 sólo uno de sus coches eléctricos, el Audi Q8 e-tron, será cerrada “antes del 28 de febrero”, comunicó a los medios el portavoz de la marca, Peter Duhoore.
La fábrica, que será la primera que el Grupo Volkswagen cierre en Europa, se encontraba en serio peligro desde hace muchos meses.
Un único modelo con bajas ventas y un problema logístico
En primer lugar, por las bajas ventas del Audi Q8 e-tron, un coche eléctrico con una carrocería SUV de 4,99 metros y cuyo precio en España parte desde los 87.310 euros. Pero ese no ha sido el único problema de esta planta, que cuenta con unos costes de producción y salariales muy elevados y un problema de ubicación, en una zona próxima a barrios residenciales y a vías del tren y donde no existen proveedores de componentes cerca.
De hecho, el Grupo Volkswagen ya anunció hace meses que el sucesor del Audi Q8 e-tron se fabricaría en México a partir de 2025, y a la planta belga no se le asignó la producción de ningún coche eléctrico o térmico a cambio.
“La decisión más difícil de mi vida profesional”
Audi ha comunicado finalmente que la planta cerrará a comienzos del año que viene, algo que el jefe de producción de Audi, Gerd Walker, considera “una decisión dolorosa”. Pero Walker ha ido más allá y ha señalado ante los medios que “personalmente, ha sido la decisión más difícil que he tenido que tomar en mi carrera profesional”, según ha recogido la agencia Reuters y publica Autonews.
Y no se puede decir que tanto Audi como el Grupo Volkswagen no hayan buscado la salvación de esta fábrica y de sus 3.000 trabajadores.
A finales del pasado mes de noviembre se filtraba que tanto la marca alemana como el Grupo al que pertenece habían llegado a hablar con hasta 26 posibles inversores pero sin encontrar “alternativas viables” de futuro.
Tan sólo unos días más tarde, el portal especializado en la industria de la automoción Autonews publicaba que Audi estaría “manteniendo conversaciones” sobre el futuro de esta planta con un “fabricante de vehículos comerciales”.
Los periódicos belgas incluso llegaron a publicar a lo largo de noviembre que el fabricante de coches eléctricos chino Nio podría estar interesado en hacerse con esta planta para ubicarse en Europa, pero el CEO de la misma, William Li, descartó públicamente esa posibilidad.
Finalmente, ayer mismo, la compañía hacía firme la decisión del cierre de la fábrica tras señalar que no se habían encontrado “alternativas al cierre”.